megáfono > chirche

Un orgullo del pasado con futuro

Desde el mirador de Chirche, un atractivo turístico, se aprecia prácticamente todo el pueblo, donde entre eras, tejados, lagares y callejones empedrados habitan unos 250 vecinos. / N. D.

NICOLÁS DORTA | Guía de Isora

Chirche ha sabido poner el tiempo a su favor. Esta actitud, conseguida con los años, define un ejemplo de sostenibilidad rural. El empeño de sus gentes por conservar casas y rincones ha convertido al pequeño pueblo, que creció vertical, al lado del barranco, en una referencia de la cultura canaria, un oasis de tranquilidad. Es gracias a la conciencia colectiva que, junto a Aripe, caserío vecino, forma parte del Patrimonio Histórico de Canarias.

Isidro Hernández ha crecido y vive en Chirche con su familia. Es un hombre que sabe trabajar la tierra. Conoce la uva, las papas, y a todo el mundo. Cuenta que la única esperanza que tiene este pueblo ahora para mantener su identidad es el turismo. Muchos extranjeros se han quedado, cautivados por el silencio y la naturaleza. Ellos han contribuido también a conservar la zona, ahora con más exigencias medioambientales, y con razón, por parte de las administraciones públicas.

Se trata de mantener lo que hay, pues la agricultura se ha convertido en un “pasatiempo” de fin de semana, para los que tienen “un terrenito” o para la propia subsistencia familiar. “Antes la gente vivía del trabajo del monte, de la pinocha, de los tomates en la costa o de las propias galerías”, comenta Isidro. Y es que en la parte alta de Guía de Isora existe mucha agua, un recurso que dio bastantes empleos en la mitad del siglo pasado. El que tenía agua se aseguraba el futuro. Más o menos como ahora.

Todavía quedan las huellas de estas galerías en el barranco de Chirche, una belleza natural en invierno y verano, donde habitaban los guanches. Al pie de este cauce comenzaron a construirse las primeras casas. Todavía quedan restos de los muros, como muestra Isidro. También hay tres eras, de las más de 20 repartidas por todo el pueblo, pues mucha gente se dedicó igualmente a moler el cereal. Las eras son ahora esculturas del paisaje porque su tecnología ha quedado obsoleta.

Desde mitad del siglo pasado la actividad en las galerías fue muy importante. Luego decayó. También los vecinos emigraron a Venezuela a trabajar en la agricultura, a montar un bar o lo que diera para juntar algo de dinero y regresar. Unos se quedaron y otros no. Los canarios eran bien recibidos allí.

Asimismo, parte de la juventud ha salido del pueblo para trabajar en la zona turística del Sur o se ha ido a estudiar a otro lugar. Así, la agricultura ha ido perdiendo el peso de antaño. Aunque la población siempre se ha mantenido, no superando los 250 vecinos.

Pueblo de vino blanco

Chirche siempre fue un pueblo de vinos, sobre todo blanco, por las uvas que se dan en Los Llanitos y alrededores. De hecho, el Concurso Comarcal de Vinos que se hace en la plaza del pueblo es una referencia en la Isla. Este año el certamen cumplió su vigesimotercera edición.

Antes parte de la uva se llevaba al lagar de los Mesa, la familia que tenía ganado y donde plantar cereales. En su casa, en el centro, estaba el teléfono, la escuela donde los vecinos aprendían a leer, y donde la banda almorzaba el día de las Fiestas de San Felipe, que acaban de celebrarse. Allí también se llevaba al Santo, cuando no había iglesia, antes de que en 1947 fuese construida por los propios vecinos. La casa de Los Mesa, paradójicamente, es ahora de las pocas sin restaurar.

Todos los días, siempre hay alguien en Los Pasitos, en el banco de madera frente a la iglesia. Allí se ve pasar el que sube o el que baja. Ayer estaban Antonio Mesa, José Placeres Hernández, e Isidro, entre otros. “Nos dedicábamos a lo que se planteaba, la crisis era antes, cuando no había que comer”, dice Antonio Mesa, que con 80 años conserva una buena salud. También estuvo en Venezuela cinco años. El barco tardaba ocho días en llegar a La Guaira.

Día de las Tradiciones

El Día de las Tradiciones es una de las actividades más destacadas que hay en Chirche. Es el 8 de julio y participa todo el pueblo. Se trata de una manifestación cultural que recuerda la historia, rescata la forma de vida de sus vecinos en una recreación de las costumbres locales. Se muele cereal, se pasan higos, se bebe vino y se viste con la ropa “de antes”. Un ejemplo más del respeto al pasado mirando siempre al futuro. Este día se ha convertido en otro atractivo turístico más de este entrañable sitio.

Las calles de Chirche están llenas de curiosidades, como La Era Rompida, a pocos metros del barranco. / NICOLÁS DORTA

La Casa de la Miel, el Centro Cultural y La Era Rompida

En Chirche hay una serie de casas y edificios destacados, como la Casa de la Miel, recientemente restaurada por el Ayuntamiento de Guía de Isora y donde se rescata la actividad de la apicultura. Justo al lado se encuentra el moderno Centro Cultural, donde existen cursos y actividades para jóvenes y mayores.