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Así blanqueaba dinero la mafia de Miami en Canarias

En la capital grancanaria se adquirieron pisos y solares con dinero obtenido con asesinatos en EE.UU. / EFE

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

El hijo (y heredero) de un histórico anticastrista devenido en líder de una peligrosísima organización criminal en Florida, un pariente canario empleado de banca y la burbuja inmobiliaria del arranque del siglo XXI en Gran Canaria son los protagonista de esta historia. La cuarta pata de esta mesa está conformada por los millones de dólares que dicha mafia, conocida como La Corporación, blanqueó en nuestro Archipiélago hasta que las autoridades estadounidenses y españolas le pusieron freno a una historia que una reciente sentencia del Tribunal Supremo, adelantada ayer por ABC, relata con profusión de detalles.

Fue a mediados de julio de 2011 cuando Gonzalo (también conocido como Nicolás o Rata) Battle, hijo de José Miguel Battle, viajó hasta Las Palmas de Gran Canaria para dar con un pariente entonces empleado en la Banca March.

El negocio era sencillo: había que traer a Canarias los millones de dólares resultantes de décadas de actividad criminal en Florida, ganancias de un imperio que arrancó con las apuestas de La bolita y que terminó por abarcar chantajes, fraudes organizados y estafas, pero también asesinatos, incendios provocados, tráfico de cocaína, etc. en Miami y otros puntos de Estados Unidos.

Tras la creación de las primeras empresas conjuntas (Procanamer, Invercan) tanto en Gran Canaria como en Panamá (paraíso fiscal de donde llegaban las remesas), el empleado -al que correspondía el 20%- pasó a abrir cuentas en su antigua empresa, que con el tiempo le invitaría a cerrarlas dados los indicios de criminalidad, pasando el negocio al Banco Pastor y a la recientemente desaparecida Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM).

Si bien en 2001 ya llegó cerca de un cuarto de millón de dólares, es al año siguiente cuando comienza la lluvia de dinero, con especial mención al 15 y 24 de mayo, con transferencias por valor de 1.800.000 y 600.000 dólares respectivamente. Es en este año cuando el pariente canario inicia los envíos de dinero a una cuenta de Suiza, repitiéndose el esquema hasta 2004, año en que el arresto de Gonzalo interrumpe los envíos.

La reacción es inmediata. Mientras la Banca March se quita de en medio, el pariente canario crea nuevas empresas (Corvo Bussines) y el nombre de Gonzalo desaparece en beneficio del de su mujer.

Para devolver dólares a los EE.UU., el pariente gestiona un préstamo a nombre de la mujer por 400.000 dólares que terminan en Miami y son devueltos en apenas unos meses al Pastor.

En 2005 se crean Corvo Negocios y Mogán Negocios, entre otras empresas, y se producen inversiones en parcelas de la playa de dicha localidad, así como otras propiedades inmobiliarias en la capital, tanto pisos como solares.

En 2006 se mantienen las operaciones y el trasiego de dinero, incluidos los abultados créditos que reciben de las entidades financieras, pero el Gran Jurado de Florida dicta una sentencia demoledora para la cúpula de La Corporación y, ya en marzo de 2007, la Guardia Civil anuncia su operación Battle, en dudoso honor al apellido del principal capo de esta red criminal.

Imagen de José Miguel Battle. | DA


Batista, Cochinos

El gran jefe, padrino o como quieran llamar al responsable de la mafia cubana de Florida conocida como La Corporación es José Miguel Battle, un antiguo agente del dictador caribeño Fulgencio Batista que asesoró a la CIA en la fallida invasión de bahía de Cochinos, siendo capturado y encarcelado dos años en la Isla. Vuelto a EE.UU. arrancó una espectacular carrera criminal en Nueva Yersey gracias a las apuestas ilegales de todo tipo, incluidas las peleas de gallos. Tras topar con los Luchesse en Nueva York, la Corporación se replegó a Florida, llegando a contar con unos ingresos estimados en 1.500 millones de dólares anuales en los ochenta. El gran proceso de 2006 lo cogió ya con 79 años y muy enfermo, falleciendo al poco. Su hijo sigue encarcelado.