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Cacerolada multitudinaria en Santa Cruz por los recortes

La protesta se condujo con total civismo y duró cerca de hora y media. | FRAN PALLERO

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Cacerolas de todo tamaño, tapas de las mismas, pitos, bocinas, cubiertos, tambores grandes y pequeños y hasta algún juguete de playa sirvió en la tarde de ayer para protestar frente a la Subdelegación del Gobierno por las últimas medidas gubernamentales para el control del déficit y que, básicamente, consisten en el recorte de servicios y salarios sociales y subida generalizada de impuestos.

En una protesta que navegó desde el pasado jueves por teléfonos móviles y redes sociales, fueron finalmente unos cuatrocientos los tinerfeños que prefirieron aparcar el descanso vespertino dominical para ir a aporrear cualquier utensilio con un ritmo monocorde que, de cuando en cuando, era interrumpido por el clásico lema: “Manos arriba, esto es un atraco”.

La protesta, que se prolongó durante más de una hora y en la que llamó la atención una ausencia prácticamente total de banderas y símbolos de organización alguna, reunió a jóvenes y mayores para esta queja sonora en un número de unos trescientos manifestantes, que en todo momento mantuvieron una corrección exquisita, al punto que la presencia policial, bastante escasa, se limitaba a controlar el tráfico, cortado a esa altura de la santacrucera calle de Méndez Núñez.

Como quiera que la protesta presumió de popular al punto que nadie se dirigió a los presentes, fue en los corrillos donde los vecinos expresaron a este periódico su indignación ante las medidas anunciadas por el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy.

De todas, la frase más repetida por la gente fue el mensaje, ya harto conocido: “Si yo no debo, yo no pago”.