EFE | Pamplona

La Audiencia de Navarra ha condenado a 5 años de prisión a José Antonio L.F. por intentar asesinar a su expareja el 14 de febrero de 2000, en la localidad de Berriozar, mediante un artefacto colocado en su coche.

Según la sentencia, el hombre fabricó un artefacto explosivo y lo colocó en el coche de su excompañera sentimental, bajo el asiento del conductor, con una mecha que sacó al exterior por la parte de atrás, entre la puerta del maletero y las luces de la izquierda.

Sobre las 09.30 horas de la mañana del 14 de febrero la mujer se dirigió a su vehículo y, cuando introdujo la llave en el contacto, el acusado le entregó un cubo con ropa que ella colocó a los pies del asiento del copiloto mientras él prendía la mecha y activaba así el artefacto “con la intención de causar la muerte”.

La sala destaca que la víctima ya había sufrido en julio y diciembre de 1999 sendos “atentados” contra su persona y sus bienes, el primero cuando alguien cortó los manguitos de los frenos y aflojó las tuercas de una rueda de su coche, y el segundo cuando una persona le arrojó líquido en la cara, causándole quemaduras.

Como consecuencia de la explosión del año 2000, la mujer sufrió unas lesiones que tardaron tres días en curar y un niño que pasaba por el lugar, un golpe en la cabeza y distintos rasguños.

El vehículo de la víctima fue declarado siniestro total, y también resultó dañado otro coche aparcado a su lado, cuya reparación superó los 400 euros.

Por eso la sentencia condena también al procesado a pagar 72 euros a su expareja y 144 al menor por las lesiones, a reintegrar a la aseguradora las cantidades abonadas por el daño de los vehículos y a indemnizar a la mujer con otros 6.000 euros.

Asimismo le prohíbe acercarse a su víctima a menos de 500 metros, así como regresar a Pamplona, donde ella reside, en 5 años y pagar las costas procesales.