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Economía explicada > Randolph Revoredo Chocano

En un correo electrónico me llega una de los mejores destilados pura sangre que he leído en español desde hace mucho tiempo. Tiene el poder de la brevedad y es una brillante pieza literaria. Creo que vale la pena compartirla con los lectores de DIARIO DE AVISOS.

El email dice como sigue:

“Las Principales Teorías Económicas explicadas con vacas:

Socialismo: tú tienes dos vacas. El Estado te obliga a darle uno a tu vecino.

Comunismo: tú tienes dos vacas. El Estado te las quita y te da algo de leche.

Fascismo: tú tienes dos vacas. El Estado te las quita y te vende algo de leche.

Nazismo: tú tienes dos vacas. El Estado te las quita y te dispara en la cabeza.

Burocratismo: tú tienes dos vacas. El Estado te pierde una, ordeña la otra y luego tira la leche al suelo.

Capitalismo tradicional: tú tienes dos vacas. Vendes una y te compras un toro. Haces más vacas. Vendes las vacas y ganas dinero. Luego te jubilas rico.

Capitalismo moderno: tú tienes dos vacas. Vendes tres de tus vacas a tu empresa que cotiza en bolsa mediante letras de crédito abiertas por tu cuñado en el banco. Luego ejecutas un intercambio de participación de deuda con una oferta general asociada, con lo que ya tienes las cuatro vacas de vuelta, con exención de impuestos por cinco vacas. La leche que hacen tus seis vacas es transferida mediante intermediario a una empresa con sede en las Islas Caimán, que vuelve a vender los derechos de las siete vacas a tu compañía. El informe anual afirma que tu tienes ocho vacas con opción a una más. Coges tus nueve vacas y las cortas en trocitos. Luego vendes a la gente tus diez vacas troceadas. Curiosamente durante todo el proceso nadie parece darse cuenta de que, en realidad, tú sólo tienes dos vacas.

Economía japonesa: tú tienes dos vacas. Las rediseñas a escala 1/10 y que te produzcan el doble de leche. Pero no te haces rico. Luego ruedas todo el proceso en dibujos animados. Los llamas Vakimon e incomprensiblemente te haces millonario.

Economía alemana: tú tienes dos vacas. Mediante un proceso de reingeniería consigues que vivan 100 años, coman una vez al mes y se ordeñen solas. Nadie cree que tenga ningún mérito.

Economía rusa: tú tienes dos vacas. Cuentas y tienes cinco vacas. Vuelves a contar y te salen 257 vacas Vuelves a contar y te salen tres vacas. Dejas de contar vacas y abres otra botella de vodka.

Economía china: tú tienes dos vacas. Tienes a 300 tíos ordeñándolas. Explicas al mundo tu increíble ratio de productividad lechera. Disparas a un periodista que se dispone a contar la verdad.

Capitalismo americano: tienes dos vacas. Vendes una y fuerzas a la otra a producir la leche de cuatro vacas. Te quedas muy sorprendido cuando ella muere.

Economía iraquí: tú no tienes vacas. Nadie cree que no tengas vacas, te bombardean y te invaden el país. Tú sigues sin tener vaca alguna.

Economía india: tú tienes dos vacas. Las pones en un altar para adorarlas. Después sigues comiendo arroz al curry.
Economía suiza: hay una cifra de 5.000.000.000 vacas. Tienen dueño pero nadie sabe quién es.

Economía francesa: tú tienes dos vacas. Entonces te declaras en huelga, organizas una revuelta violenta y cortas todas las carreteras del país, porque tú lo que quieres son tres vacas.

Economía neozelandesa: tú tienes dos vacas. La de la izquierda te parece cada día más atractiva.

Capitalismo italiano: tienes dos vacas. Una de ellas es tu madre, la otra tu suegra, ¡maledetto!
Capitalismo británico: tienes dos vacas. Las dos están locas.

Economía española: tú tienes dos vacas, pero no tienes ni idea de donde están. Pero como ya es viernes, te bajas a desayunar al bar que tiene el Marca. Si acaso, ya te pondrás a buscarlas el miércoles después del puente de San Aniceto”.

Desconociendo al autor -español sin duda- de tan brillante y envidiable prosa y dejando claro que no es de mi autoría, aunque sí mi admiración por su capacidad de síntesis e ironía, creo oportuno rendir honor al poder de internet y al intelectual desconocido de esta pieza literaria.

Me quito el sombrero.