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Las llamas rozaron la desgracia

Dos bomberos tratan de sofocar las llamas durante el incendio de La Palma. | DA

DAVID SANZ | El Paso

El incendio de El Paso, que se encuentra prácticamente extinguido, sembró el pánico en núcleos habitados, como viene siendo habitual en los últimos fuegos forestales. La confluencia de un entorno rural, donde las labores agrícolas y ganaderas han perdido intensidad, son un auténtico polvorín cuando se dan condiciones meteorológicas extremas, como las sufridas esta semana.

Si a ello le sumamos la fatalidad de que al mismo tiempo estaba produciéndose en Tenerife otro gran incendio, tenemos todos los ingredientes para un fuego de alta intensidad que tuvo a los habitantes de El Paso, especialmente a los vecinos de la zona de Tacande, viviendo una pesadilla durante 48 horas.

Ese fue el tiempo que tardó el Cabildo en declarar el incendio controlado. Dos días en los que el fuego, avivado por temperaturas que rondaban los 40º C y guiado por fuertes ráfagas de viento, cabalgó por la ladera que va de Montaña Enrique, donde se originó el incendio el pasado lunes, alrededor de las 11:30 de la mañana, hacia la costa.

Los helicópteros de la BRIF se habían desplazado a Tenerife y el ataque al fuego tuvo que iniciarse exclusivamente desde tierra, con las brigadas de Medio Ambiente, Bomberos y Parques Nacionales. Equipos muy preparados en esta delicada tarea, pero que en las condiciones climáticas que se encontraba el día poco podían hacer ante las llamas. Sobre las 15.00 horas de la tarde empezó a operar el helicóptero de Emergencias.

El helicóptero de Emergencias carga agua de un estanque próximo. | DA

Sin embargo, una intensa columna de humo se despegaba del suelo pasense con una potencia que oscurecía todo el cielo del Valle de Aridane. Vecinos de la zona de Tacande, rápidamente tuvieron que acudir a liberar los animales que tenían en granjas y cuadras y, muchas personas, alrededor de 160, tuvieron que ser desalojadas de sus casas por motivos de seguridad.

Estrategia

“La prioridad era salvar las vidas y los medios materiales”, nos comenta Francisco Prieto, director de extinción del incendio. De ahí que los medios se dirigieran en primer lugar a evacuar a las personas para garantizar su seguridad y salvar las viviendas. Afortunadamente, el fuego sólo calcinó una casa y otras diez fueron afectadas. Una cifra que pudo haber sido mucho mayor si no es por la eficaz intervención de los equipos de tierra. En cuanto a daños personales, un operario municipal de Los Llanos fue trasladado al Hospital por quemaduras en ambos brazos y todavía sigue ingresado.

Prieto relató que el siguiente paso fue atajar el frente que avanzaba hacia el Este, por Montaña Enrique. Mientras que por la zona sur, el foco que iba del Llano del Jable hacia la pista de Cabeza de Vaca, era también “muy delicado”. Si bien, “el principal de los tres y el que afectó a zona de casas fue el de Tacande”.

Recuerda el director que “nos apoyamos, por un lado, en la carretera, atacando viviendas y defendiendo la propia vía para que no la atravesara el fuego”. Luego, en Cabeza de Vaca, hicieron una quema de ensanche y abrieron una línea campo a través que “consiguió acotar el fuego”. “Luego continuamos con las quemas de ensanche o contrafuegos, que chocaban con la cabeza del incendio para decretarlo estabilizado”. La noche del martes las tareas fueron favorables y lograron darlo por controlado. A partir de ahí, comenzó la tarea de enfriamiento del terreno y control que no ha cesado.