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Policía descarta un homicidio en el caso del exmilitar decapitado en Zaragoza

EFE | Zaragoza

La policía ha descartado que el exmilitar español que fue localizado ayer decapitado en el interior de su vivienda, en la calle Conde de Aranda de Zaragoza, fuera víctima de un homicidio.

Según han informado a Efe fuentes próximas a la investigación, los agentes encargados del caso apuntan al suicidio como la hipótesis más probable, a pesar de lo insólito del procedimiento empleado por el exmilitar, Iván C.M., de 33 años.

Las fuentes citadas han explicado que la víctima se sirvió de un cordón detonante conocido como “mecha rápida”, que se colocó alrededor del cuello y que activó para provocarse la muerte.

Este material, al que pudo tener acceso mientras prestaba servicio para el ejército, suele utilizarse para cortar materiales duros como tubos y piedras y también se utiliza para derribos.

Al detonarlo, el cordón explosivo le seccionó limpiamente la cabeza, que quedó a poca distancia del cadáver, y le cauterizó la herida, según las fuentes.

Al parecer, el exmilitar, aquejado de una grave depresión y que solía comportarse de una forma “huraña”, aseguró ayer a Efe un vecino del inmueble, José Manuel Marín, se parapetó previamente detrás del sofá de su salón y se colocó una toalla sobre la cabeza para amortiguar la deflagración y el ruido.

La inspección ocular llevada a cabo por los investigadores del Grupo de Homicidios de la Policía de Zaragoza y la autopsia realizada hoy al cadáver inciden sobre la tesis de un suicidio.

Las fuentes citadas aseguran que la muerte se pudo producir hace unos 15 días y que fue el olor de la descomposición del cuerpo lo que alertó a los vecinos y les llevó a avisar a la Policía Local.

Los agentes policiales comprobaron que la vivienda se encontraba “muy sucia” y desordenada pero no localizaron más armamentos ni explosivos en su interior que los restos del material utilizado.

Las referidas fuentes han explicado que el exmilitar, que había tomado parte en misiones internacionales, se apartó del ejército aquejado de una fuerte depresión que le llevó a no relacionarse con sus convecinos y a rehuirles el saludo.

La separación de su mujer y de su hijo de corta edad, han añadido estas fuentes, pudo agravar el estado mental de la víctima, que no dejó ninguna nota para explicar los motivos que le indujeron a quitarse la vida.

Tras la localización del cadáver, el caso recayó en manos del Grupo de Homicidios y del juzgado de instrucción de guardia, cuyo titular ordenó el levantamiento del cuerpo alrededor de las 21.30 horas de la noche de ayer.

“Era muy huraño; no hablaba con nadie”, aseguró ayer Marín, quien precisó que, incluso, subía y bajaba las escaleras sin encender la luz y nunca acudió a las reuniones de vecinos en calidad de propietario de su piso, que compró “hace tres o cuatro años”