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Un anhelo mariano de los años 40

La imagen realejera nunca ha bajado a Puerto de la Cruz para ser venerada por los marineros. / MOISÉS PÉREZ

LUIS F. FEBLES | Puerto de la Cruz

Corría el año 1944 cuando por primera vez, y con motivo de las venideras Fiestas de Julio en honor a la Patrona de los marineros, la comisión de Fiestas solicitaba al párroco de la parroquia santuaria de Nuestra Señora del Carmen en Los Realejos que la talla mariana bajase a la ciudad de los pescadores. En una votación secreta por parte de la Junta de la Hermandad se decidió que no se llevara a efecto tal desplazamiento, sin constatarse documentalmente dichos motivos.

La tradición recoge que jamás en la historia, la Virgen del Carmen de Los Realejos ha descendido hasta el Puerto para ser venerada por los marineros. Pese a que los anhelos han sido constantes y nunca se ha logrado este propósito, el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores Gran Poder de Dios de Puerto de la Cruz, Carlos Carillo, quiere cambiar el rumbo del pasado y proponer formalmente la venida de la talla realejera a la ciudad turística de forma simbólica.

Tal es así, que durante el pregón celebrado ayer con motivo de estas fiestas en Los Realejos, el patrón rememoró en su discurso los intentos de los pescadores de otra época por bajar la imagen hasta la costa portuense. En este sentido, Carrillo espera que por primera vez en la historia se produzca este entrañable acto de adoración y devoción. “Nos gustaría que para agosto pudiéramos tener a la Virgen un día por nuestras calles. Esto se había pensado desde hace mucho tiempo pero siempre ha habido problemas”. Aún así, él no desiste.

Para valorar y ponderar gran parte de la intrahistoria religiosa, el historiador del arte, Manuel Jesús Hernández, sintetiza la relevancia de estas fiestas. “La importancia histórica de estas celebraciones está fuera de toda duda y en particular, no hay datos documentales que constaten la bajada de la virgen de Los Realejos a Puerto de la Cruz”, dice.

El especialista en arte destaca que en los años 40 aparecía anunciado en el programa de las fiestas la bajada de la imagen hasta el muelle.

“Aunque no se haya hecho realidad, hay pruebas documentales del anhelo que hoy, y desde siempre, han tenido los portuenses en traer la talla a su municipio con motivo de las Fiestas de Julio”, subraya. Hernández indica que la única vez en la que la virgen se ha movido de la parroquía del Carmen ha sido para llevarla a San Juan de la Rambla.

El historiador da buena cuenta del valor escultórico de la reproducción sita en Los Realejos. “Data del siglo XVIII y pertenece a la escuela genovesa y es la imagen mariana de origen genovés más importante en Canarias”, cita. Incluso, la profesora de la Universidad de Génova, Fausta Franchini, visitó recientemente la Isla para evaluar la trascendencia artística de una obra capital en la imaginería italiana.

Independientemente de si se produce o no este hecho, el amor y la devoción por estas fiestas permanecen intactos. Mañana, la embarcación de la patrona de los marineros en Puerto de la Cruz dará muestra de ello.

La embarcación de la Virgen del Carmen será este martes en la ciudad turística. / moisés pérez

La talla portuense

La antigua imagen del Carmen fue retirada del culto y sustituida por la bella talla del escultor portuense Ángel Acosta Martín, que la donó a su pueblo el 19 de mayo de 1954 y que se venera en la parroquia matriz de Nuestra Señora la Peña de Francia. En esta histórica fecha, la excelsa patrona fue bendecida y llevada en procesión hasta el muelle pesquero. Este hecho será recordado por todos los portuenses como la más emocionante demostración de un gesto de generosidad y patriotismo de su autor, Ángel Acosta, que la ciudad tendrá siempre entre sus recuerdos.