TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Un ciudadano italiano de 43 años de edad falleció en la noche del pasado domingo tras ser víctima de una agresión física a manos de un grupo de jóvenes que se dieron a la fuga, según confirmaron ayer a DIARIO DE AVISOS fuentes cercanas a la investigación.

Los hechos tuvieron lugar poco antes de las diez menos veinte de dicha jornada en un lugar tan concurrido y simbólico como la plaza de España de Santa Cruz de Tenerife. El infortunado, que dormía habitualmente en el Albergue Municipal y que solía ganarse la vida como gorrilla
-aparcacoches- en la zona, se habría dirigido a un grupo de chicos, sin que aún se conozca si son menores de edad o no.

Según detallaron varios testigos, apenas se mediaron palabras cuando uno de los jóvenes habría golpeado al italiano, quien se habría desplomado como consecuencia de la agresión.

Como quiera que no respondía a estímulos, los jóvenes habrían optado por abandonar el lugar, mientras que los testigos se interesaron por el agredido y alertaron a las autoridades.
La referida fuente detalló que finalmente falleció en la ambulancia del Servicio Urgencias Canario donde era trasladado al Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria por los sanitarios que le atendieron.

Consciente en la ambulancia

Aunque no ha trascendido el resultado oficial de las primeras pruebas correspondientes a la autopsia, el hecho de que estuviera consciente camino del hospital apunta hacia que la causa de la muerte fue el golpe recibido al caer, pero aún en ese caso quien lo golpeó podría ser encausado como autor de un delito de homicidio imprudente a de lesiones con resultado de muerte. Si efectivos del Cuerpo Nacional del Policía ya colaboraron con el resto de los recursos de emergencia e instruyeron las diligencias correspondientes, ahora serán sus especialistas del Grupo de Homicidios los responsables de la investigación que conduzca a la identificación y localización de los implicados con tan luctuoso hecho.

La noticia ha causado enorme consternación entre los vecinos y usuarios habituales de este enclave tan destacado de la capital tinerfeña, agravado incluso porque el fallecido era un personaje relativamente conocido.