DEPORTES > MUERTE SÚBITA

Aquí le duele al Deporte

MUERTE SUBITA-DATOS
Clic para ampliar

SERGIO DEL PINO – NÉSTOR TRUJILLO – JUAN S. SÁNCHEZ | Santa Cruz de Tenerife

Entre 15 y 20 personas fallecen en España cada año a causa de la muerte súbita relacionada con el deporte. Al tratarse, normalmente, de gente que refleja una vida completamente sana y capaces de rendir a altos niveles, este tipo de noticias causa un gran impacto mediático y social.

La legislación vigente en España no exige a los clubes deportivos realizar un reconocimiento médico a los deportistas. La falta de datos fiables, sumado a que muchos deportistas, sabiendo que padecen alguna anomalía, continúan con una práctica deportiva intensa, favorece que se sigan sucediendo este tipo de casos.

La posibilidad de que atletas entrenados regularmente, tanto profesionales como aficionados, padezcan enfermedades del corazón potencialmente letales o sean propensos a morir de manera repentina durante la práctica deportiva parece una contradicción.

La alarma se reactivó hace pocos días cuando la Audiencia Provincial de Castellón reabrió la investigación por la muerte súbita de un menor mientras jugaba al fútbol con su equipo federado. Tras archivarse el caso, un recurso de la madre del menor alegando “insuficiencia de diligencias de investigación” y al deber de la federación de fútbol de practicar pruebas médicas para descartar un posible impedimento físico sirvieron para reabrir el caso.

En Canarias, el último caso fue el de un joven futbolista de 15 años que se desvaneció mientras entrenaba con su equipo, en el Sur de Tenerife. Pocos días antes, el nadador noruego Alexander Dale Oen moría tras desvanecerse en la ducha después de entrenar.

15-20 es la media que se tiene de deportistas que fallecen anualmente en España por muerte súbita

Legislación inexistente

El doctor Brugada, encargado de controlar el buen funcionamiento del corazón de los jugadores del FC Barcelona, así como otros cardiólogos reconocidos, se ha manifestado a favor de una legislación que obligue a los deportistas a que se sometan a una revisión para evitar problemas cardiacos posteriores.

En España no se hacen pruebas a todos los niveles, solo a los atletas de élite. Cualquier deportista puede realizar su actividad sin pasar un reconocimiento médico. Por ejemplo, en el caso del fútbol y sus categorías inferiores, un pequeño filtro es suficiente, en el que no se incluye un electrocardiograma, una prueba debajo coste económico que valdría para evitar males mayores en caso de detectarse alguna anomalía. La miocardiopatía hipertrófica y la displasia arritmogénica ventricular, que son las causas más comunes de muerte súbita, son fácilmente detectables mediante este examen. “Estos casos no se deberían escapar”, afirma Alejandro de la Rosa, cardiólogo del Hospital Universitario de Canarias.

Causas más frecuentes

La miocardiopatía hipertrófica es una enfermedad del corazón, poco frecuente, que se caracteriza por hipertrofia del ventrículo izquierdo. Aparece alrededor de los 10 años y en la adolescencia y es una enfermedad que se desarrolla progresivamente. La mejor manera de diagnosticarla es mediante un ecocardiograma, pero se pueden localizar indicios por medio de pruebas menores, como un electrocardiograma. Es la causa más común de muerte súbita en menores de 35 años y, en la mayoría de los casos, durante la actividad física y la hora siguiente a la finalización de esta.

La otra causa más frecuente es la miocardiopatía arritmogénica, que afecta tanto al ventrículo derecho como al izquierdo con la sustitución de tejido muscular por tejido graso. Es una enfermedad de carácter hereditario. Otra de las razones, aunque menos habitual, es la anomalía de las arterias coronarias. En un estudio realizado sobre la muerte súbita por dos cardiólogas españolas, Mari Paz Suárez y Beatriz Aguilera, se estableció un 30% de fallecidos sin diagnóstico. “Hay alteraciones difíciles de ver, alteraciones de canales iónicos celulares muy difíciles de detectar en un chequeo habitual”, apunta Alejandro de la Rosa.

Tras los sucesivos casos de muerte súbita que han tenido lugar en campos de fútbol, la Federación Española de Fútbol ha llegado a un acuerdo con la AFE para que los estadios, de Primera a Tercera División, cuenten con un desfibrilador de última generación en sus instalaciones. La finalidad es reducir el máximo número posible de víctimas de muerte súbita en los terrenos de juego. Además de los campos de fútbol, el resto de instalaciones se han ido sumando poco a poco a esta iniciativa.

Ya son mayoría los recintos deportivos que cuentan con un desfibrilador, como en el caso del pabellón Santiago Martín, en Los Majuelos, o el Palacio de Deportes de Santa Cruz de Tenerife.

0,26 % de casos por cada 100.000 habitantes acaban falleciendo por muerte súbita fuera de la actividad deportiva

El modelo italiano

En Italia, a diferencia de otros países, la ley se pronuncia de manera clara. Allí se obliga a pasar un reconocimiento médico a todos los deportistas, ya sean de elite o no, y así se ha creado una estructura con la que se ha podido rebajar el número de fallecimientos. Las pruebas médicas son obligatorias para desarrollar la práctica de cualquier tipo de práctica deportiva.

Si el deportista no supera el reconocimiento, no obtiene la documentación necesaria para hacer deporte, por leve que sea el esfuerzo físico a realizar. “En Italia se les puede escapar algún caso, pero su sistema ha sido un éxito y un ejemplo para el resto de los paises europeos; han conseguido reducir los casos de muerte súbita en el deporte por debajo de los de la población normal”,sostiene el doctor De la Rosa.

Mientras, el protocolo en Estados Unidos también sirve para prevenir la muerte súbita entre los deportistas. Allí se hace un test que incluye determinados ítems, como por ejemplo, los antecedentes familiares, síntomas con el ejercicio, antecedentes de muerte súbita, etc. Este método permite encontrar deportistas que pueden ser susceptibles de padecer dolencias cardiacas que, en algunos casos, pueden terminar en el fallecimiento cuando la actividad física intensa lleva el corazón a situaciones límite.

La primera muerte súbita conocida en el deporte moderno tuvo lugar en el Tour de Francia de 1967, cuando el ciclista británico Tom Simpson murió tras desplomarse de manera fulminante durante el ascenso al Mont Ventoux. Simpson comenzó a hacer eses con la bicicleta antes de caer, delirando pidió al público que lo ayudara a montar de nuevo, continuando hasta 800 metros de la cima, donde murió. En la autopsia se determinó que la causa de la muerte fue una mezcla de anfetaminas, alcohol e hipertermia.

Pero no todas las enfermedades cardiacas están relacionadas con un final trágico o con la retirada de la práctica deportiva. Uno de los casos más significativos ha sido el del jugador de la selección argentina de baloncesto Fabricio Oberto. “El pívot de los Portland Trail Blazers, Fabricio Oberto anuncia que se retira del baloncesto debido a unas palpitaciones recurrentes relacionadas con un problema cardíaco previo. Oberto tuvo mareos y vértigo durante la primera mitad del partido que disputó Portland en Milwaukee el pasado 2 de noviembre”, comunicaba la franquicia de Oregón en una nota de prensa.

Después de varios años sin jugar a nivel profesional, Oberto se volvió a vestir de corto con el equipo de su corazón, el Atenas de Córdoba, con la intención de poder llegar a tiempo a los Juegos Olímpicos de Londres, aunque finalmente no estuvo en la cita debido a unos problemas personales.

“A veces es el deportista de alto nivel el que no quiere parar y corre con la responsabilidad”, señala Alejandro de la Rosa, quien añade: “Los he visto que tienen que parar y no lo hacen y es el médico del club y el propio club el que acepta la responsabilidad, aunque cada vez ocurre menos”.

PRUEBA ESFUERZO FÚTBOL
Los futbolistas pasan pruebas cardiológicas exhaustivas para fichar. / DA

[apunte]

De la Rosa: “El número de casos sigue siendo el mismo que hace años”

“El número de fallecimientos sigue siendo el mismo que hace años, lo único que cambia es que ahora hay más información” reconoce el doctor De la Rosa, que pone el ejemplo del deporte aficionado donde los deportistas, sin estar entrenados, lejos de su mejor estado de forma “siguen exponiéndose a situaciones extremas”.

El cardiólogo tinerfeño asegura que no está demostrado que el aumento del consumo de suplementos deportivos sea uno de los factores que haya precipitado un aumento del número de casos, aunque reconoce que “hay sustancias que son dopantes y que no son buenas para el corazón”.

La estadística refleja que en varones de menos de 35 años se produce el fallecimiento de una persona de cada 133.000 por lo que es importante conocer los antecedentes ya que se dan muchos casos que no se deberían escapar. De la Rosa, como todos los cardiólogos relacionados con el deporte en nuestro país, recomienda que haya un mayor control en el deporte desde sus categorías inferiores. “A los niños pequeños no hay por qué hacerles a todos una prueba de esfuerzo ni un ecocardio, pero sí controlarlos mejor con un buen reconocimiento clínico y un electrocardiograma en reposo”, reconoce De la Rosa, que jugó al baloncesto de forma semiprofesional en equipos como el Náutico, el Tenerife Baloncesto y el CB Canarias.

“Hay una propuesta para legislarlo y hay un proyecto en Cataluña pero la clave está en quién lo cubre y quién lo paga cuando en estos momentos las listas de espera son de un año y medio para atender problemas cardiacos”, explica el doctor.

Generalmente no se entiende cómo muchos de los deportistas que practican pruebas de ultrafondo son capaces de gastarse una cantidad importante en material deportivo “y no invierten en un buen reconocimiento médico” que les serviría para prevenir cualquier tipo de anomalía cardiaca, aunque también es cierto que ya se ha ido poniendo de moda la contratación de un seguro médico por parte de estos deportistas que llevan su organismo al máximo nivel de exigencia.

Es un contrasentido que altera al mundo del deporte y a la sociedad general que muchas veces no llega a explicarse cómo personas jóvenes, que están en el tope de sus condiciones y que se les considera superdotados físicos pueda fallecer de una forma tan repentina. El impacto social es brutal cuando sucede algo así en personas que son el ejemplo ideal de una vida sana.

[/apunte]

David Rodríguez: “Yo gané el combate de mi vida y estoy mejor que antes del trasplante”

Uno de los casos más dolorosos del deporte tinerfeño fue el que afectó a Javier Rodríguez Kuky. El deportista lagunero, un enamorado del milenario muay thai, murió después de sufrir un ataque cardiaco mientras se entrenaba en su gimnasio, el Shoothon. Su traslado inmediato al HUC no evitó que Javier, que iba a cumplir 32 años, falleciera pese a haber estado en manos de un auténtico especialista en estos casos, su hermano David, que había sufrido dos ataques con anterioridad y tuvo que ser trasplantado de corazón.

“Yo gané el combate de mi vida”, cuenta un hombre que reconoce que está “mejor que antes del trasplante” y que ahora es capaz de entrenar muay thai durante dos horas todos los días, hacer media hora de carrera y llevar su habitual rutina de pesas presentando un estado físico impecable. David sufría una miocardiopatía dilatada severa de grado seis que le obligó a ser trasplantado por el equipo de cardiología del hospital 12 de Octubre de Madrid.

“Mi trasplante ha sido un éxito absoluto”, cuenta David Rodríguez que quiere hacer llegar al resto de la sociedad su ejemplo para que se conciencien de someterse a las pruebas necesarias.

Miguel García: “Empecé una segunda vida que afronto con más ilusión”

“Después de lo que le pasó, no volver a jugar es lo menos malo”. Así de claro se manifestaba el médico de la UD Salamanca, José Ignacio Garrido sobre el caso de Miguel García. El centrocampista se desplomó durante un partido que jugaba con la escuadra charra frente al Betis el 24 de octubre de 2010 cuando contaba con 31 años.

Su caso causó una gran conmoción ya que el partido era retransmitido en directo por Canal Plus para toda España. Salvó la vida gracias la rápida asistencia de los médicos de los dos equipos y al desfibrilador que, desde el fallecimiento de Antonio Puerta, está instalado en todos los campos de categoría nacional.

Tras ser trasladado a un centro hospitalario, las pruebas desvelaron que tenía una obstrucción arterial que le provocó un infarto de miocardio. “Estuvo muerto durante 25 segundos”, reveló el doctor Garrido. Mientras, el jugador recuerda que durante el partido “al correr tenía una sensación rara y yo lo achacaba todo a la camiseta térmica, pero era mi cuerpo”. Después de asumir su retirada prematura del fútbol, García sí tiene una cosa clara. “Empecé una segunda vida que afronto con más ilusión”.