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El Ayuntamiento, sin solución para el chabolismo en el Pancho Camurria

CHABOLAS PANCHO CAMURRIA
El número de personas en las chabolas ha crecido desde 2010./ FRAN PALLERO

N. TORRES | Santa Cruz de Tenerife

Tres son las concejalías implicadas en el tratamiento de las 18 personas que viven en 15 chabolas en los alrededores del deportivo Pancho Camurria de Santa Cruz de Tenerife y ninguna parece tener la solución para abordar un problema que ha ido en aumento en los últimos años y especialmente en los últimos meses al incrementarse el número de personas que se refugian en esta zona. En 2010 ya eran 10 las que vivían de manera habitual en el solar anexo al pabellón y desde entonces el Ayuntamiento estudia cómo solucionar este asentamiento a las puertas de la ciudad.

A primera vista el hecho de que 18 personas vivan en chabolas es un problema que concierne de manera directa a la concejalía de Asuntos Sociales. Ya el lunes, el concejal de este área, José Manuel Arocha, explicaba que no es responsabilidad de su concejalía el desalojar a estas personas aunque desde este organismo municipal se matiza que tanto los trabajadores sociales como la Unidad Móvil de Acercamiento (UMA) visitan la zona con regularidad para atender las necesidades sociales de sus ocupantes. Esto, aseguran fuentes de la Concejalía, les ha permitido comprobar que estas personas no quieren abandonar el lugar y tampoco insertarse en los servicios sociales. Asuntos Sociales insiste en que el desmantelamiento de estas chabolas se escapa de sus competencias y es el área de Obras Públicas y la de la Policía Local las que tendrían que ocuparse de ello.

Control policial

Para la Policía Local sin embargo, este es un tema en el que tampoco tiene competencia. Fuentes policiales aseguran que se realiza un control de las personas que habitan en las chabolas de forma regular y que se elaboran informes periódicos que son enviados a Asuntos Sociales. La Policía Local afirma que no pueden llevar a cabo ninguna actuación de desalojo sin una denuncia previa del propietario de los terrenos (que es el Ayuntamiento) y sin orden judicial que así lo avale y esa comunicación, aseguran, no se ha producido.

La tercera concejalía implicada en esta situación es la de Obras Públicas, al frente de la que se encuentra Dámaso Arteaga. Según las fuentes consultadas debería ser esta área la que planificara la forma de llevar a cabo el levantamiento de estas chabolas. Desde la Concejalía y en otras ocasiones se ha afirmado que los los servicios jurídicos del Ayuntamiento estudian la forma de desalojar la zona, una medida en estudio desde hace tiempo.

Trabajo de fondo

Ante este ir y venir de competencias entre las distintas concejalías, la realidad a la que se enfrentan estas personas, “es muy difícil de solucionar en el corto plazo”, como señala la concejal de Sí se puede en Santa Cruz, Asun Frías. “Es un asunto en el que hay que ponerse las pilas”, añade, señalando que “la mejor forma de atajar esta situación sería a través de un trabajo de fondo con estas personas, día a día, para insertarlas en los Servicios Sociales, algo a lo que hasta el momento se niegan”. Frías considera que “la policía no va a solucionar nada. Existe un problema de fondo y lo que hay que aplicar es mucha educación y mucha psicología”.

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Más en verano

Si en 2010 eran diez las personas que vivían de forma habitual en las chabolas del Pancho Camurria, ese número ha subido hasta las actuales 18, cifra que además durante el verano se ve incrementada ya que muchos usuarios habituales del albergue pasan a pernoctar en esta zona ante la mejoría del tiempo. “Sabemos”, explica Asun Frías, “que en los meses de invierno había muchas menos personas viviendo en la zona”. La concejal teme que el incremento no obedezca sólo a una cuestión temporal sino que se convierta en permanente para los nuevos inquilinos.

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