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El calor encarece las verduras

Mercado del Agricultor de San Miguel
Los horticultores del Mercado del Agricultor de San Miguel han visto como caen las ventas por la sequía. / DA

AMANDA LUESMA | San Miguel

“No se vende nada, apenas para comer”. Así empieza a hablar Eduardo, un agricultor de unos 60 años que va cada sábado a buscarse la vida en el Mercado del Agricultor de San Miguel. Lleva toda la existencia trabajando en el campo y nunca había visto una situación parecida. “No ha llovido, el abono es caro y el agua para regar aún más y lo peor es que lo que producimos casi ni lo vendemos. Cuando la gente compra, compra poco”. A todo esto se le suma la ola de calor que en las últimas semanas ha abrasado el Sur de Tenerife.

Debido a las altas temperaturas se ha producido un aumento generalizado de los precios tanto en hortalizas como en frutas que ha llegado hasta niveles insospechados. La lechuga, por ejemplo, sobre todo la variedad Iceberg, ha alcanzado la friolera de tres euros el kilo debido a las quemaduras interiores que sufría la hortaliza y el aguacate ha llegado a los cinco euros el kilo. Y nuestro producto estrella, la papa, ha alcanzado los 24 euros el saco, cuando la semana pasada cotizaba mucho más bajo, unos 18 euros. Provi, la encargada de Coslo del Valle San Lorenzo, una de las últimas cooperativas de frutas y hortalizas que quedan en el Sur y que lleva más de 40 años ofreciendo la mejor calidad, dice que hasta le da vergüenza decirle al cliente el nuevo precio de un saco de papas.

Falta de demanda

En la cooperativa han notado mucho la falta de demanda, pero dicen que “algo van vendiendo” porque la comida es necesaria pero que no tiene nada que ver con los años dorados que disfrutamos antes de que todo esto se nos viniese encima.

Por eso la gente va a lo económico: “Vienen con las moneditas del día” y compran los productos más baratos como el plátano, la pera o la manzana. Lleva más de 30 años trabajando en la cooperativa y dice que ahora es cuando está viendo que mucha gente joven vuelve al campo, a trabajar.

Es normal, el empleo escasea y los niveles de paro en los menores de 25 años son más que alarmantes. Buscan una solución, aunque no inmediata, pero una solución a su situación. Es por eso que vuelven a los campos para trabajarlos como quizás sus padres o abuelos hicieron. En cuanto a las soluciones para tantos problemas y, en concreto para el sector de la agricultura dice que “no veo solución alguna. Llevamos cuatro años en la misma situación. Yo sé que no hay que ser negativa pero…”.

No es casualidad que todos los agricultores o los trabajadores del sector que han sido entrevistados contesten de la misma manera y exactamente con las mismas palabras. En el mismo Valle San Lorenzo han construido un recinto que acogerá un mercado de frutas y hortalizas que aún está por inaugurar. Según fuentes del Ayuntamiento de Arona, está pendiente de equipamiento y por lo tanto no hay fecha para la apertura de este nuevo espacio que reunirá a agricultores del Sur tal y como ya hace el Mercado del Agricultor de San Miguel de Abona.

Productos ecológicos

En San Miguel se venden muchos productos ecológicos que se obtienen de tierras que han sido fertilizadas con abonos naturales y que las plagas que hayan podido dañar a sus cultivos han sido combatidas con productos propios de la tierra.

No se emplean productos químicos de ningún tipo y así se respeta el medio ambiente y la salud de los que ingieren las frutas. Muchos de los pesticidas artificiales, es decir, químicos, provocan tumores malignos. Por eso se intenta reducir el tipo de agricultura tradicional, que ocupa un 47% de la Isla, y poco a poco ir integrando la agricultura ecológica, que abarca un 3% de la superficie que suponen 3.676 hectáreas.

Tampoco es fácil. Los que apuesten por ese tipo de agricultura deben pagar 64 euros por hectárea. Eso hace que el producto sea más caro que uno cultivado de manera tradicional y por lo tanto se cumpla la regla de: menos oferta, menos demanda. Y más en estos tiempos donde la gente mira el precio y no tanto la calidad.

Una de las agricultoras que tiene un pequeño puesto en el Mercado de San Miguel, empieza diciendo: “¿Quieres que te hable en español?”, a la pregunta de si cree que el Gobierno debería dar más ayudas a la agricultura. “En la política se ayudan entre ellos y no dan a los que más necesitan”, dice. Se queja también de que los pequeños y medianos agricultores nunca han recibido ningún tipo de subvención, según comenta, que el dinero siempre ha ido para los grandes empresarios.

Subvenciones

Actualmente, el Cabildo de Tenerife está dando diferentes tipos de subvenciones: una para paliar los daños producidos por la sequía y otra “destinada a la adopción de medidas fitosanitarias para la erradicación de organismos nocivos en el cultivo de la papa”. No figura ninguna, tal y como comenta la mujer, que no quiere dar su nombre, a los pequeños y medianos agricultores. Antonio, otro de los que tienen un pequeño puesto donde puede vender sus productos, dice que “tendrían que ayudar más a los agricultores”.

Este periódico ha publicado que más del 50% de tierras de regadío, las que necesitan un suministro constante de agua, están abandonadas en las Islas Canarias.

Rafael Hernández, el presidente de la Coordinadora de Organizaciones Agrícolas y Ganaderas (COAG) propuso un plan de empleo que se centrara en la agricultura y la ganadería de las Islas. A todo esto hay que sumarle que el Gobierno de Canarias haya destinado 1,4 millones de euros para el desarrollo rural de Tenerife.

Quizás con estas ayudas, el sector de la agricultura tinerfeña vuelva a reactivarse y encuentre su rumbo de nuevo para que gente como Provi, Eduardo o Antonio puedan seguir viviendo de lo que la tierra fértil ofrece, que, al fin y al cabo, no es otra cosa que vida.