VERÓNICA MARTÍN | Santa Cruz de Tenerife
Doce años en investigación no es nada. Los grandes hallazgos científicos han tardado muchas más décadas en llegar. Eso sí, los centros y la infraestructura tiene que estar lista para promover este importante sector. Doce años es el tiempo que se ha tardado en convertir una idea en realidad. La idea era la unificación de toda la investigación biomédica que se hace en Canarias. El objetivo lograr la competencia y la excelencia y conseguir dar soluciones a los problemas de los ciudadanos, a la vez que ayudar a construir la economía basada en el conocimiento que sustentan las patentes, los nuevos fármacos y toda la industria asociada a la biotecnología. Ayer, la realidad comenzó a poderse tocar tras los primeros trabajos para derribar el antiguo animalario de la ULL que será sustituido por uno moderno que conforme, junto a otras infraestructuras, la primera fase del edificio que albergue el Centro de Investigaciones Biomédicas de Canarias (Cibican).
El director de este centro -que está en fase de culminar su constitución legal- es el investigador Rafael Alonso Solís quien ayer presentó el proyecto junto al presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior; el vicepresidente, Carlos Alonso y los vicerrectores de la ULL, Catalina Ruiz y Rodrigo Trujillo. Todos señalaron la gran oportunidad que supone la creación de este centro y la oportunidad de la I+D+i+d como solución a la crisis.
La meta es ser fuertes en aquellas materias que puedan aportar valor añadido a las Islas. Con el precepto de la unión hace la fuerza, se está cerrando un convenio de colaboración entre el Cabildo, las dos universidades canarias y la Consejería de Sanidad para que todos los dispositivos investigadores en esta materia puedan fortalecerse los unos a los otros.
Tras más de una década, hace muy poco ha tomado fuerza gracias a la concesión de un importante proyecto de la Comisión Europea (el Imbrain) que supone una financiación de cuatro millones de euros para los próximos tres años. Este es un gran hito ya que en una convocatoria internacional como esta, solo obtienen el apoyo europeo el 4% de los proyectos que se presentan.
Además, en estos tiempos, Cibican en vez de despedir científicos acaba de crear 16 nuevos puestos de trabajo de alta cualificación.
El proyecto de la CE obliga a la colaboración con más de una decena de centros de investigación de otros países. El edificio, cuya primera fase se culminará en tres años y que cuenta con financiación estatal, no es la única realidad y ya hay muchos investigadores que trabajan en la actualidad ligados de alguna manera a este nuevo centro.
Cibican promueve tres grandes programas de investigación vinculados a las enfermedades del sistema nervioso; a las patologías crónicas e infecciosas relacionadas con el envejecimiento y con la afectación de la calidad de vida; y a las enfermedades de base genética y raras.