EUROPA PRESS | Madrid
Los compradores de los activos inmobiliarios tóxicos de las entidades nacionalizadas por el Estado y que serán trasferidos al ‘banco malo’ podrán recibir ayudas públicas, según informaron fuentes oficiales del Ministerio de Economía y Competitividad.
El ‘banco malo’ creado en el decreto de reforma financiera aprobado por el Consejo de Ministros contará con una participación estatal en el capital de un máximo del 50%, por lo que en algún momento podría haber mayoría de capital privado, según las previsiones del Gobierno.
El Ejecutivo ha aprobado este viernes el marco normativo de la sociedad de gestión a la que se transferirán los activos tóxicos de la banca y aspira a perfilar su diseño en un reglamento posterior con el objetivo de hacerlo atractivo para la inversión privada.
El plan del Gobierno es diseñar el ‘banco malo’ de forma que resulte “lo suficientemente atractivo para los inversores privados, tanto por su estructura de capital como por su plan de negocio”, explicaron las fuentes de Economía.
El instrumento legal por el que se articulará la sociedad de gestión de activos estará terminado el próximo mes noviembre, por lo que las cuatro entidades nacionalizadas por el Estado comenzarán a traspasar sus activos tóxicos del ‘ladrillo’ a partir de diciembre.
Desde el departamento que dirige Luis de Guindos apuntan a la posiblidad de que, además de los activos tóxicos de Bankia, Novagalicia, Catalunya Caixa y Banco de Valencia, el ‘banco malo’ aglutine activos de otras entidades.
Esta sociedad de gestión de activos vinculados al ‘ladrillo’, fundamentalmente créditos dañados a promotores inmobiliarios, nace con vocación temporal y podría articularse en forma de sociedad anónima o fondo de fiduciario en aras de atraer la inversión privada.
“Es una inversión con incertidumbre, pero con un buen diseño todo hace pensar que se puede vender bien”, indicaron desde Economía respecto a la confianza del Gobierno sobre la entrada de inversión privada en dicho instrumento.
Está previsto que el desarrollo normativo habilite al ‘banco malo’ a crear en su seno diferentes sociedades de gestión de activos en función de la naturaleza de los mismos.