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Conversaciones con la muerte> Tomás Cano

Necios, los hombres que solo aspiraran a morir. ¿Es que no les gusta vivir, mientras las campanas a muerto oyen tocar?

Echo de menos el amor de mis padres y en fría tumba yacen, todavía hoy los sigo llorando, esperando una respuesta, a mi orfandad, y solo me dicen, ¿déjanos reposar? Yo les respondo, descansad tristes ojos, en llanto por mí no os deshagáis, reposad, reposad dulcemente.

Solo entre una fina lluvia me quedo recordando la fábula de Esopo: “En una ocasión un viejo, que venía de cortar leña, la llevaba encima y recorría un largo camino. Al descargar el peso, fatigado, llamó a la Muerte. La Muerte se le apareció y le preguntó por quÉ motivo la llamaba; el viejo dijo: “Para que me lleves la carga”.

La fábula muestra que todos los hombres quieren a la vida, aunque tengan una vida miserable.