No busco una lección de religión. Sencillamente propongo analizar el aprovechar los festejos para ofrecer a la gente lo que necesita. Más que fiesta, lo que precisan muchos ahora en La Laguna es, simplemente, contar en su despensa con viandas que dar a los suyos. Es decir, un parco plato de comida. Nuestro Cristo de La Laguna, Cristo mismo, prefirió estar entre los pobres, optó por los más necesitados, y nos invitó a imitarlo, a seguirlo. El Ayuntamiento de Aguere está volcado en buscar una solución a las familias tocadas por la crisis. Ahora llega una ocasión perfecta, la celebración el próximo mes de septiembre de las Fiestas del Cristo, para envolvernos en la pobreza de Cristo, y que La Laguna esté realmente con los más golpeados por nuestra sociedad, esas familias donde ninguno de sus componentes cuenta con trabajo alguno. No hablo de ponernos a plañir y entristecernos. No, lo que aporto es buscar la forma de que los distintos actos del Cristo sumen algo a los que carecen de todo. El Cristo, también el de La Laguna, es pobre y vive entre los pobres. Nosotros podemos dar mucho.
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El Cristo es pobre > Domingo J. Jorge publicado por Ricardo Herrera →