
INMA MARTOS | Santa Cruz de Tenerife
Cuarenta personas que en la actualidad pernoctan y se alimentan en el albergue municipal de Santa Cruz de Tenerife pasarán en septiembre a los diez pisos tutelados que el Ayuntamiento tiene pensado ocupar el próximo mes. Así lo ha revelado el concejal de Asuntos Sociales, José Manuel Arocha, quien advierte de la necesidad de que el albergue se convierta en un recurso temporal, de paso, para las personas con dificultades económicas, a quienes se debe intentar facilitar su inserción social y laboral en un plazo de tiempo corto, que él mismo estima entre varios días y un mes como máximo. En este sentido, el concejal indicó que hay personas que llevan haciendo uso de estas instalaciones varios años, por lo que se está analizando a todos ellos con el fin de proporcionarles la ayuda adecuada en cada caso para su reinserción.
Desde el grupo municipal Sí se puede en Santa Cruz de Tenerife, la concejala Asunción Frías indicó que “aunque con cierta prudencia hasta que tengamos más información al respecto, valoramos la apertura de pisos tutelados para personas sin hogar”. Según explica Frías, un objetivo de las políticas sociales ha de ser la reintegración en la sociedad de las personas en situación de exclusión social. “Pensamos que los modelos residenciales normalizados e integrados en el entorno favorecen la promoción y la integración social, mucho más que los macrocentros tradicionales”.
Desde Sí se puede se defiende que, si un grupo reducido de personas vive en un piso normal de un barrio cualquiera, igual que puede hacerlo una familia o un grupo de colegas, tiene más posibilidades de integrarse socialmente que viviendo en el albergue. Además, en los pisos tutelados, es de suponer que los residentes se responsabilizarán de todas las tareas del hogar y de autorregular la convivencia (aunque sea con apoyo profesional externo), con lo cual, ganan en autonomía y autoestima.
Comedores
En la actualidad, el albergue dispone de 115 plazas y, además, allí se da de comer a una media de 11.230 personas al mes. Del total de usuarios, un 28 % son de la capital, y el resto, vecinos de otros municipios de la Isla y ciudadanos extranjeros. El mes que menos comidas se sirvieron fue julio, en total 9.566, cifra que se prevé que ascienda este mes de agosto, debido al cierre por vacaciones del comedor social de La Milagrosa, en la calle de La Noria, que alimenta a entre 80 y 100 personas diarias.
Asimismo, durante los meses de julio y agosto se han habilitado plazas de comedor para 132 niños, además de las existentes en el comedor de Padre Laraña, que también cuenta con actividades y talleres para los más pequeños. El concejal explica que se temía que al finalizar las clases y cerrar los comedores escolares muchas familias pudieran tener dificultades para ofrecer una alimentación equilibrada a los niños. Además, existe otro servicio de reparto domiciliario de menús para el almuerzo y la cena de los menores.
Para el grupo municipal Sí se puede en Santa Cruz de Tenerife, entre los usuarios de los comedores sociales existen tres tipos distintos, a quienes hay que ofrecer recursos diferentes dependiendo de sus necesidades. Por una parte, explicó Asunción Frías, hay personas que por su situación de exclusión extrema deben permanecer en el modelo de comedor actual, aunque mejorando algunos aspectos, como el protocolo de incorporación, la coordinación entre entidades o la promoción y reintegración sociolaboral de las personas que acuden al servicio. No obstante, indica, en todos estos aspectos se ha avanzado mucho desde que entró el actual equipo de gobierno.
Hay otras muchas personas que actualmente acuden a los comedores de La Noria o del albergue y que no tendrían que ir a comer allí. Por su situación (enfermedad física o mental, ancianidad, dependencia, adicciones, etc.) requieren de una atención integral, que incluye la alimentación, en centros específicos (pisos tutelados, residencias de mayores, centros de desintoxicación, etc.).
Autogestión
Por último, explica Frías, existe un colectivo que está creciendo mucho en los últimos años debido a la actual crisis y es el de personas que nunca hasta ahora habían estado en una situación de exclusión social.
En su mayoría son hombres y mujeres que están perfectamente capacitados para autogestionar comedores sociales en sus propios barrios. Según el concejal Arocha, son personas jóvenes para quienes las acciones se han de centrar principalmente en su pronta inserción.
[apunte]Participación
El modelo de autogestión que propone Sí se puede estaría impulsado desde el Instituto Municipal de Atención Social (IMAS), que sería el que habría de facilitar acciones como la creación de comedores autogestionados, ofreciendo a estos colectivos locales públicos, como pueden ser comedores de antiguos colegios que ahora están cerrados y otro tipo de ayuda técnica y logística. La idea, sostiene Frías, es que estos comedores sean gestionados directamente desde las asociaciones vecinales o desde otros colectivos sociales y, en particular, por parte de las propias personas necesitadas. Se trata de un modelo “mucho más participativo, emancipador y digno que el que se promueve actualmente”, aunque desde Sí se puede entienden que para situaciones de exclusión y con necesidad de una intervención más profunda no sería viable.[/apunte]