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Los viticultores pelean contra el fuego, las olas de calor y las plagas

El viñedo es un cortafuego excepcional, y pese a que la uva queda inservible, impide le paso de las llamas. | DA

EUGENIA PAIZ | Santa Cruz de La Palma

La vendimia arrancó esta semana en La Palma imbuida de un evidente desánimo, pero con una clara expectativa: conseguir al menos una cosecha similar a la de 2011, un mal año en el que se recolectaron 891.000 kilos de uva, frente a cosechas como la del 2000, cuando se superaron los dos millones de producción.

Este año 2012 pasará a la historia del sector vitivinícola insular como un año duro y trabajoso, en el que pese a los denodados esfuerzos y las interminables horas en la viña, no han podido luchar contra los efectos que sobre la vid han tenido cinco olas de calor en siete meses, a las que se suman las consecuencias del incendio de El Paso a finales del mes de julio de este año, con afección al viñedo de Tacande y de Montaña Enrique, y la estela de los daños tras el incendio de 2009 en Fuencaliente, todavía en fase de recuperación en varias fincas.

Miedo al abandono

Los técnicos del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de La Palma expresan abiertamente sus temores: “Nos preocupa que la desilusión de los viticultores los lleve al abandono de la viña, porque eso supone un aumento gradual e imparable de los riesgos de incendio. Debemos tener claro que el viñedo es un cortafuegos fantástico, un cultivo rentable desde un punto de vista económico y ecológico”.

Los resultados de la cosecha, que no culmina hasta bien entrado noviembre, constituye un ingreso fundamental para los agricultores, dado que las bodegas ya han comercializado el 70% de los vinos elaborados con la uva seleccionada el pasado año y solo resta el 30% para la venta.

Sequía, ola de calor y plaga

La gerente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de La Palma, Eva María Hernández Alonso, detalló que “debido a la sequía de este año, que ha provocado que no naciera nada verde, se están produciendo graves daños en los viñedos de Villa de Mazo, Fuencaliente y Las Manchas por fauna silvestre, principalmente por una plaga de conejos”.

Los problemas por esta situación están siendo importantes, y es que, según consta en las peritaciones de las parcelas de viticultores que tienen contratado el seguro y han dado parte de siniestro, en algunos casos se supera el 90% de daño por la alarmante población de conejos. Tal es la preocupación ante esta nueva plaga que “el Consejo Regulador se ha visto en la necesidad de trasladar un escrito al Consejo Insular de Caza” solicitando su colaboración.

Por otro lado, las altas temperaturas y los bajos niveles de humedad registrados durante las cinco olas de calor que ha sufrido la viña a lo largo de este año se han sumado a la escasez de lluvia del pasado invierno, lo que según Hernández “está afectado no solo a los racimos, produciendo la desecación total” sino que los agricultores “han observado también, daños en las cepas aún muy difíciles de cuantificar y que hace suponer que las próximas cosechas también se verán muy mermadas”.

El sector sigue luchando pese a todas las adversidades para defender su producción en las tres subzonas de viñedo. En la Isla se pueden encontrar viñedos desde el nivel del mar hasta los 1.400 metros de altitud.