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“No se puede cambiar la Ley del Aborto cada vez que cambia el gobierno”

José María Lailla Vicens es presidente de la Sociedad Española de Ginecología desde junio de 2011. / DA

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona, José María Lailla Vicens (Barcelona, 1948) es catedrático de Obstetricia y Ginecología de la misma Universidad y jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia en el Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona. En junio de 2011 tomó posesión como nuevo presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), de la que fue vicepresidente durante ocho años. A poco más de un mes de que el Gobierno presente la nueva Ley del Aborto, las recientes manifestaciones del ministro Alberto Ruiz Gallardón sobre los futuros supuestos que incluirá la reforma legal, han provocado numerosas críticas y un agrio debate social. De todo ello habla en esta entrevista con el DIARIO el doctor Lailla.

-Aunque hasta finales de septiembre no se conocerá el anteproyecto de Ley del Aborto, el ministro Gallardón ha avanzado algunas de las medidas que incluirá el texto, como por ejemplo la restricción en los casos de malformación o minusvalía, algo que ha sido duramente criticado. ¿Qué opinión le merece?

“Como presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, ahora mismo sólo puedo decir que necesito ver el anteproyecto de Ley para poder expresar una opinión formada. El ministro hizo unas declaraciones, que luego matizó, y también se pronunció la vicepresidenta del Gobierno. Es un tema demasiado serio como para ir dando opiniones sin conocer realmente cómo quedará el marco legal. Nosotros siempre hemos dicho lo mismo, que una vez tengamos un documento serio reuniremos a nuestra comisión de bioética, a la asesoría jurídica y a la junta, y emitiremos un informe sobre el mismo, aunque luego no se nos haga caso”.

-Da la sensación de que los políticos no son conscientes de la importancia que puede tener una ley como ésta, ¿no cree?

“Cierto. De hecho, yo haría un llamamiento a todos los políticos, para que se sienten en una misma mesa y hagan una ley que nos sirva para muchos años, porque no puede ser que cada vez que haya un cambio de gobierno se cambie la ley. Llegará un momento en que no sabremos cuál es el marco en el que nos debemos mover, ni siquiera los propios profesionales”.

-Además, parece que no los tienen en cuenta a la hora de desarrollar una reforma de este calado…

“Nunca nos han tenido en cuenta. Cuando se cambió la ley la última vez, preparamos un documento de trabajo, se facultó a dos personas por si el Ministerio quería tener un cambio de impresiones y discutir aspectos técnicos, pero ni se nos llamó”.

-Usted siempre ha defendido la importancia de la educación sexual, para evitar llegar al extremo de la interrupción del embarazo…

“Sin duda. Creo que muchos de estos embarazos de adolescentes, interrupciones de embarazos o la propia ley de plazos se resolverían con una adecuada prevención. Los jóvenes deberían tener más información, tanto en el colegio como en la familia, que forme parte de un programa educacional en positivo, con métodos anticonceptivos cercanos a la población. La ley actual, de entrada, pintaba bien, porque había varios capítulos dedicados a la salud sexual y reproductiva, pero luego desaparecieron del texto”.

-Esa mayor información y educación quizá evitaría también que se dispensaran muchas píldoras del día después, ¿no le parece?

“El número tan elevado de píldoras del día siguiente que se están vendiendo en España en estos momentos es vergonzoso. Se trata de una contracepción de urgencia, para casos concretos y especiales, y no puede ser que haya cientos de ellos cada mes”.

-¿En qué medida están afectando los recortes de la sanidad pública a este tipo de cuestiones?

“Creo que no debemos mezclar las cosas, porque la información y la formación no cuestan mucho dinero. Los recortes van por un sentido, mientras que la información, la formación y el control van en otra dirección. Holanda, por ejemplo, tiene un programa formativo que agrupa a las familias, colegios y medios de comunicación, que ha permitido que en los últimos diez años se reduzcan notablemente las cifras de abortos. Deberíamos fijarnos en este tipo de acciones, que además no cuestan demasiado dinero”.

-En España, en cambio, parece que se impone el ‘todo vale’…

“Eso no puede ser. Hay que unificar criterios, ofrecer unos principios básicos y unos valores. Y no hablo de religión, sino de ética. No podemos esperar resultados a corto plazo, antes de las próximas elecciones, pero sí que estos valores vayan calando en la sociedad. Hay países que tienen leyes del aborto de hace 40 años, y a pesar de eso tienen cifras muy bajas”.

-Pero fueron leyes consensuadas por todos los implicados…

“Claro. Son leyes sociales que funcionan. Los médicos siempre hemos estado dispuestos a colaborar en el establecimiento de leyes positivas, donde se preserve la defensa ética y jurídica. No se puede empezar a cortar cabezas sólo porque haya mucha gente que padece migrañas”.

-Incluso se ha llegado a cuestionar la objeción de conciencia de los profesionales, un derecho que es constitucional…

“Está en el artículo 16.1. Lo he repasado muchas veces. Es un derecho de las personas, no sólo de los médicos. La objeción, además, es individual, y a veces se confunde con esa objeción que plantea un hospital, un servicio, etc. Es una cuestión personal, y no se puede poner en duda”.

-¿Cree que si la nueva ley impone más restricciones se pueden llegar a repetir aquellas imágenes de clínicas privadas que fueron investigadas y cerradas por la realización de abortos ilegales?

“A mí no me gustaría. Aquello fue bochornoso, y creo que no volverá a ocurrir. Se impondrá el sentido común, porque ni siquiera tenemos todavía un texto de referencia. Las opiniones e interpretaciones políticas son solo eso”.

-Aunque aún está lejos, el próximo año la SEGO traerá por primera vez a Tenerife su congreso nacional. ¿Cómo van los preparativos del mismo?

“Muy bien. El doctor Juan Troyano está trabajando mucho, y desde aquí tiene todo nuestro apoyo. Además, en la medida de nuestras posibilidades, intentaremos traer alguna figura de renombre mundial; incluso está encima de la mesa la posibilidad de hacer la reunión de las sociedades de Ginecología del Mediterráneo, en el marco del propio congreso”.