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El Porís de los ovnis

PORÍS DE ABONA
El Porís de Abona, en el municipio de Arico. / DA

POR JUANCA ROMERO HASMEN

Al dejar la autopista y dirigirnos hacia la costa, no podía evadir de mi mirada aquella torre emisora de luz a la que se conoce como el Faro del Porís. Apenas contaba con seis o siete años y hasta el día de hoy no tengo claro si había estado en ese lugar con anterioridad, aunque en mi recuerdo ha quedado fijado como un paraje extraño y portador de un halo de misterio probablemente fruto de la mente del niño que era por aquellos años. Pero la zona costera del municipio de Arico tiene ingredientes suficientes para hacer un alto en los argumentos relacionados con lo insólito. Comencemos hablando de misterios llegados desde el cielo. Situemos el relato de los hechos en una noche a finales del mes de junio de 1984. Un grupo de jóvenes deciden acudir hasta El Porís de Abona, en un punto cercano al mar, junto al faro, para celebrar la finalización de los exámenes a ritmo de guitarra. Entre charlas, risas y música fue cayendo la noche. Nuestro protagonista -un joven que estaba acompañado por su novia- miraba hacia el mar cuando pudo ver una intensa luz blanca que en un principio relacionó con los focos de algún barco pesquero que parecía ir en dirección sur y a la que no le dio demasiada importancia. Aquellos jóvenes continuaron charlando durante un rato hasta que una luz volvió a aparecer manifestándose y comportándose igual que la anterior. En ese momento Juan -así vamos a llamarle- pensó que se trataba de una noche con importante actividad pesquera en la zona y durante un momento siguió con la vista aquella intensa fuente lumínica hasta que esta llegó casi hasta el final de su ángulo de visión, perdiéndola en dirección sur. En ese momento, realizó un repentino cambio de rumbo, trazando un importante arco con su desplazamiento entre ese punto y la zona cercana a Santa Cruz en menos de un segundo y siempre manteniendo su posición próxima a la superficie del mar. ¡La luz había realizado un desplazamiento de muchos kilómetros en un periodo de tiempo ridículo! Aquello dejó desconcertado al joven y a su novia que también pudo percatarse de lo ocurrido. De repente la luz regresa rápidamente en dirección sur hasta el punto inicial repitiendo una vez más el trazo casi espontáneo en dirección hacia la capital de la Isla. A partir de ese momento aquel extraño fenómeno lumínico capta la atención de los presentes, quienes son testigo de lo que podemos catalogar de encuentro ovni.

Aquella luz se dirige nuevamente hacia la zona del Porís, pero ahora lo hace separándose del mar y haciendo un rápido recorrido en zigzag, de arriba hacia abajo formando una línea perfectamente quebrada. Aquella situación duró algunos minutos mientras la luz se paraba en el aire y repentinamente volvía a ejecutar extrañas maniobras. Fue en uno de estos movimientos cuando aquel foco se acercó tanto a la costa, que Juan lo describe así: “Se acercó tanto, que alumbró el faro y los alrededores del coche como si fuera de día. Nos pareció que ‘aquello’ ya estaba más cerca de lo que a uno le hubiese gustado. Arrancamos el coche y todavía hoy en día doy gracias a Dios porque aquel vehículo arrancó a la primera. Nos fuimos de allí a toda la velocidad que la pista permitía”.

Pero no se trata de un testimonio aislado. El Porís de Abona y sus alrededores ha estado relacionado con el fenómenos de los objetos voladores de origen extraño desde hace muchas décadas. Pongamos el ejemplo del día 9 de julio de 1992. En aquella jornada nada hacía presagiar que a las pocas horas de haberse iniciado la tarde, un extraño objeto aéreo apareció volando a muy baja altura ante los atónitos ojos de los testigos que presenciaron desde la misma playa y desde puntos de las medianías, cómo una especie de avión se precipitó hacia el mar y permaneciendo durante unos instantes en flotación, acaba por desaparecer bajo las aguas. Lo sorprendente del caso fue que tras la llegada de la Guardia Civil y el correspondiente y concienzudo rastreo de la zona, no se pudo recuperar ningún tipo de pruebas de aquel accidentado amerizaje. ¿Fue un objeto volador no identificado?, ¿se trató de un pequeño avión privado utilizado para el tráfico ilegal? Podría ser, aunque el oscurantismo al que se sometió esa investigación hace pensar en otra posibilidad; que se tratase de un UAV (Vehículo aéreo no tripulado) de tecnología militar, también conocido como Drone, o aviones controlados remotamente. Sea como sea, el enigma continúa en los fondos marinos de la zona.

Continuemos mirando hacia el cielo. El viernes 27 de junio de 2003, Pablo H. G. y su esposa María del Carmen T. G. estaban pescando entre los riscos cercanos al faro del Porís, cuando a eso de las ocho y cuarto de la tarde -aún sin haber caído la noche en la zona- vieron cómo desde el mar, muy cerca de la superficie del agua y en dirección hacia ellos, una luz de color entre amarillo y blanco se situó a unos 200 metros de la costa y estuvo allí durante más de medio minuto para después introducirse bajo el agua de forma casi instantánea y salir de nuevo a la superficie sin dejar marca aparente en el agua, a unos 500 metros de la orilla. Los testigos identifican el fenómeno como una nube espesa, con forma alargada y ovalada -como el hueso de un choco o sepia- y de un tamaño aproximado al de una zodiac visto desde esa distancia. Aquel objeto no hizo ruido durante su estancia en la zona y tampoco recuerdan haber escuchado nada al introducirse en el agua y salir de ella. ¿Qué extraño objeto vieron Pablo y Mari Carmen? Sea como sea, y sea lo que sea, los avistamientos se repiten en esa zona costera del sur de Tenerife sin que nadie encuentre las contundentes respuestas que cada caso requiere. Mientras tanto, seguiremos disfrutando de sus aguas y su buena temperatura.