JOSÉ ANTONIO FELIPE | Santa Cruz de Tenerife
La semana previa al encuentro de hoy ha estado marcada por las múltiples declaraciones de los protagonistas de uno y otro equipos. La victoria del Marino en la final del Trofeo Teide, en La Orotava, unido a algunos roces que se dieron en el mismo, provocaron la reacción de los integrantes de la plantilla sureñas que se consideraron algo minusvalorados.
“Yo lo entiendo, pero es verdad que algunos futbolistas de la plantilla consideran que el trato no ha sido demasiado bueno”, señaló Willy Barroso tras el partido.
Por parte del Club Deportivo Tenerife, también en referencia a ese encuentro, Javi Moyano matizó que “no había habido ningún problema dentro del terreno de juego”, a pesar de que Alberto Noah y Javier Tarantino intercambiaran algo más que palabras camino del túnel de vestuarios en el tiempo de descanso. Una vez pasada la resaca de ese partido, la polémica se centró en el precio de las localidades para el encuentro de esta mañana. Pepe Barrios, presidente del CD Marino, defendía que “pagar 20 euros por poder ver un partido como el Marino- Tenerife no es caro”, más aún considerando que “si quieres ver cualquier tipo de festival hoy en día la entrada no baja de los 50 euros”.
Además, después de que la directiva marinista señalara que no cederán invitaciones a su rival para ese encuentro, Barrios quiso dejar claro que es “una medida que tomaremos con todos los equipos y que también puede perjudicarnos a nosotros, puesto que tampoco podremos tener localidades gratis en ningún otro campo”.
Aparte del tema de las entradas llegó otro problema, ya que en el Club Deportivo Tenerife tampoco gustaba el reducido número de plazas cedidas en el palco del Antonio Domínguez. “Hemos recibido más peticiones para el palco que en toda la historia del Marino”, dijo un Pepe Barrios que tuvo que puntualizar: “Tenemos menos de 40 plazas, no podemos contentar a todos”.
Deportividad entre jugadores
Lo curioso es que, desde dentro de ambas plantillas, el respeto ha sido total y absoluto.
Cada vez que un jugador del Marino se ha referido al Tenerife lo ha hecho reconociendo su condición de “equipo representativo”, a la vez que reivindican su derecho a poder intentar competir con las mismas armas. “La ilusión no nos la quita nadie, trataremos de trabar el partido, de ponérselo complicado y llevarnos la victoria”, indicaba Aarón Muny cuestionado por el partido de hoy.
Del mismo modo, se referían Balduino o Aarón Darias cuando, cuestionados por su rival, señalaban que “es una ilusión muy grande poder jugar contra un equipo en el que todos de pequeños soñábamos con poder jugar algún día”.
En el CD Tenerife ha sido igual. Además de las palabras de un Javi Moyano que reconocía “la dificultad de poder ganar” al Marino. Álvaro Cervera, su entrenador, advertía en varias ocasiones de que los del Sur de la Isla no son un oponente nada sencillo a la hora de poder doblegarlos. “Ellos son un equipo complicado, difícil, muy agresivos, en el buen sentido de la palabra”, señalaba con rotundidad.
Pasado blanquiazul
Seguramente, la gran cantidad de jugadores del Marino que han vestido la elástica del Tenerife ha influido a la hora de poder mantener un ambiente de respeto y deportividad. Solo un jugador del cuadro blanquiazul ha defendido la camiseta del Marino. Se trata de Cristo Martín que, “tras dos temporadas en el Universidad de Las Palmas marcadas por las lesiones”, logró “volver a sentir buenas sensaciones de futbolista en el Marino”. “Ese vestuario era fantástico, era, y es, el gran secreto del equipo porque todos los jugadores tienen un objetivo común y la relación entro todos ellos es fantástica”, indicaba el futbolista.
Así ha transcurrido una semana que tiene como colofón un partido que, sin marcar el resto del curso, sí quedará en la historia como el primero que enfrentó a CD Marino y CD Tenerife en encuentro oficial en la Segunda División B del fútbol español.