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‘Skimming’> Sergio García Cruz

El término skimming se utiliza para definir una modalidad delictiva. Su definición general podríamos decir que es la de lectura rápida.

Existen individuos que se dedican a estudiar las diversas artimañas posibles que se pueden realizar sobre las tarjetas bancarias para obtener un beneficio económico, muchos de ellos con una educación superior cursada en un país que, si bien dispone de un sistema educativo muy puntero y gratuito, no le es propicia su situación económica. Es por ello que se trasladan a otros países en los que, aplicando sus conocimientos técnicos, obtienen unos suculentos ingresos diarios muy superiores a los que tardarían meses en conseguir en su país.

Desde el mismo momento en que una entidad nos entrega una tarjeta debemos ser conscientes de los riesgos que esta entraña, entre los que está el de la clonación. La clonación de tarjetas es una realidad no poco común e inusual en los tiempos que corren. Existen microlectores de bandas que las leen y las copian en segundos. Esto se hace habitualmente colocando lectores en los cajeros automáticos, de manera que al meter la tarjeta, pasa previamente por éste, que captura los datos, y posteriormente una microcámara grabará el numero pin tecleado. Así toda la operación se realiza con éxito para el autor y sin que la victima tenga la más mínima sospecha. Para evitar esta situación, cuando acudamos a un cajero deberemos hacer un chequeo del mismo, buscando partes añadidas o pequeños visores que normalmente se sitúan justo encima de la pantalla, y si nos encontráramos con algo que nos resultara sospechoso deberíamos llamar inmediatamente a la policía. Como medida rutinaria siempre que acudamos a un cajero para retirar dinero es conveniente que se haga acompañado. Además deberemos tener en cuenta que los más seguros son los que se encuentran en el interior de los centros comerciales. De cualquier manera, antes de operar debemos hacer un barrido de todas las personas que se encuentran a su alrededor y, posteriormente, antes de abandonarlo, repetiremos la misma operación, llamando inmediatamente a la policía si nos encontráramos con algo que nos resultara sospechoso.

Pero el skimming no solamente se está dando en cajeros automáticos. También podemos ser víctimas de este delito a la hora de efectuar un pago en algunos establecimientos, por lo que nunca debemos perder de vista nuestra tarjeta. En estos casos el delincuente, que será parte del personal del establecimiento, pegará el lector en un lateral o debajo del datafono, de manera que si no estamos muy atentos ni nos daremos cuenta, aunque miremos, e incluso nos parecerá normal que se pase en un primer momento por esa ranura y, posteriormente, con la excusa de que no funciona bien se pasará por el lugar correcto con el fin de hacer el cobro. Pero, ya el aparato habrá copiado nuestra tarjeta y almacenado la información.

En algunos países existen organizaciones que facilitan estos microlectores a los empleados de los comercios, preferiblemente en gasolineras, pagándoseles una comisión que ronda los 100 euros por cada tarjeta clonada. Además, también se les suele pedir que tomen notas de los cuatro últimos números de la numeración de la tarjeta, así como del código CVC de la parte posterior. En ambos sistemas los datos son volcados en un ordenador, donde se nos mostrará una información muy valiosa para hacernos con el dinero de la víctima o para convertir una tarjeta plástica virgen en una clonación de la autentica.

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