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La acuicultura se desmorona por la falta de regulación y compromiso

JAULAS MARINAS TENERIFE
En el litoral del Sur, frente a playas y acantilados, se localiza la mayoría de las jaulas marinas. / DA

NICOLÁS DORTA | Arona

El sector de la acuicultura, que en España generaba en 2008 más de 2.290 empleos directos, según un informe de la Asociación Empresarial de Productores de Cultivos Marinos (Apromar), está decayendo notablemente en Canarias. Dos aspectos esenciales generan esta situación: la falta de una normativa clara que regule la localización de las explotaciones (jaulas marinas) y su ordenación sostenible, que depende del Plan Regional de Ordenación de la Acuicultura (el PROAC), en avance, pero sin aprobar, y los costes de producción en empresas de pequeño tamaño, en un sector que es muy competitivo. Estas circunstancias han hecho que ya pocos, o no tantos, se interesen por el cultivo y la cría de las doradas y lubinas, el pescado que encontramos en los restaurantes y supermercados.

El Sur de la Isla, donde se encuentra la mayoría de granjas marinas, es un ejemplo de cómo la situación ha ido a menos. El abandono de jaulas en el mar no es algo extraño, creando un problema de inseguridad. En Playa de San Juan se han retirado dos embarcaciones que se dedicaban a esta actividad, inutilizadas hace más de un año. En Los Gigantes quedan algunas jaulas, pero la producción también ha bajado, confirmaron ayer desde el Ayuntamiento de Santiago del Teide. Los propietarios prefieren no pronunciarse al respecto.

Hace tres años, según los datos de Apromar, el Archipiélago era la segunda Comunidad Autónoma de España en cultivo de doradas y lubinas, detrás de la Comunidad Valenciana, con el 33,1%, lo que representaba el 26,1% del total nacional para las Islas. La acuicultura era un sector con un gran potencial de crecimiento y contaba con 29 empresas en el Archipiélago dedicadas a esta actividad (tres en Lanzarote, tres en Gran Canaria, 20 en Tenerife, y tres en La Palma).

Ahora apenas quedan menos de la mitad, aunque no se ha podido contabilizar exactamente cuántas, según las fuentes consultadas.

En 2009 estas empresas produjeron en torno a 8.000 toneladas por un valor de 27,5 millones de euros (frente a los 17,5 generados por la pesca congelada y 15,2 por la pesca fresca ese año). El año 2010 fue uno de los peores: la producción acuícola de las Islas fue de 5.883,64 toneladas (2.664,22 toneladas de dorada y 3.219,42 toneladas de lubina), y el año pasado se mantuvo la producción con poco más de seis mil toneladas, la mitad en Tenerife, aunque lejos de las 8.000 toneladas.

Incertidumbre

El consejero de Agricultura Ganadería y Pesca del Cabildo de Tenerife, José Joaquín Bethencourt, no negó ayer a DIARIO DE AVISOS que existe incertidumbre sobre el futuro por la situación del sector, relativamente nuevo en Canarias y una actividad que parecía dar buenos frutos, en parte por las subvenciones europeas. Bethencourt, optimista, confirmó que el tamaño actual de las explotaciones “no es el adecuado” porque “se han atomizado demasiado”, con costes de producción elevados en la alimentación y la cría de peces, en un mercado competitivo.

La idea del Cabildo, encargado de fomentar esta actividad, es que exista una mayor concentración empresarial y que las jaulas se ordenen en polígonos concretos, repartidos en cuatro zonas por parte del litoral en Tenerife, sobre todo en el Sur. Pero esto no se ha podido hacer por la falta de la puesta en marcha de PROAC. “Todavía no sabemos cuándo se aprobará”, admitió el consejero, que, a pesar de todo, cree en una salida satisfactoria.

Un sector que no está exento de polémica

Las jaulas marinas en su día crearon polémica por estar localizadas frente a las principales zonas turísticas, como Costa Adeje o Los Gigantes. La patronal hotelera Ashotel se quejaba de que suponían un impacto negativo de cara al turista, mientras que las empresas de acuicultura defendían su actividad y afirmaban que cumplían con todos los permisos y exigencias medioambientales.

En julio de 2004, se destruyeron las redes de tres jaulas marinas  que contenían 130.000 ejemplares de doradas y lubinas frente al litoral de Costa Adeje. El hecho fue denunciado por el propietario de las jaulas, que posteriormente dejó esta actividad.