
VICENTE PÉREZ | Santa Cruz de Tenerife
La investigación sobre la desaparición los niños de Córdoba Ruth y José ha dado un giro con nuevos informes forenses que coinciden en que los restos hallados en una hoguera de la finca propiedad del abuelo del padre de las criaturas -ahora imputado por asesinato- son humanos y no de animales, como en un principio concluyó una antropóloga de la Policía Científica.
El asunto ha sorprendido no sólo a los ciudadanos en general, sino también a algunos científicos. Es el caso del director del Museo Arqueológico de Tenerife, el antropólogo forense Conrado Rodríguez, para quien “se trata de un error aislado, la excepción que confirma la regla, porque no es normal que, analizando la misma muestra, haya una desviación tan grande de los nuevos informes con respecto al primero, ya que de decir que los restos son humanos a que son de animales varía todo el contexto del caso; pero no puedo juzgar porque no tengo más datos”. “Qué pasó exactamente no lo sé, solo sé lo que ha salido en prensa,”, abunda sobre este tema, “pero sí es extraño que hayan dicho primero que sean huesos de roedores, de pequeño tamaño y fáciles de ver”.

El también director del Instituto Canario de Bioantropología reconoce que, si además de fragmentados los restos están calcinados, “a veces es más complicado” hacer la distinción, pero, si, como ha ocurrido en el caso de Córdoba, existen dientes “no hay posibilidad de error para los expertos, sean dientes de leche o adultos, porque la dentición humana es muy específica, y además nos puede proporcionar datos del individuo”. En este punto, recuerda que tras el trágico accidente ocurrido en 1977 entre dos jumbos en Los Rodeos, “el 80% de las victimas holandesas fueron identificadas por los dientes”. Sobre la posibilidad de que se pueda obtener el ADN de los huesos aparecidos en la finca propiedad los abuelos paternos del imputado, Rodríguez subraya que así se podría saber si los restos óseos son de dos hermanos y de quién son hijos.
“El problema es que fueron quemados a 800 grados centígrados y eso destruye prácticamente el ADN; en los molares a lo mejor sí podría salir”, aclara el antropólogo, convencido de que “si la Policía Científica y el Instituto Nacional de Toxicología no lo logran, con su personal de alta cualificación a nivel internacional, es muy difícil que otros lo consigan”, dijo.
Tras constatarse este error cometido en el análisis de los restos óseos de Córdoba, la Jefatura Superior de Policía de Canarias ha solicitado un nuevo análisis a los hallados en 2010 en un pozo de Jinámar (isla de Gran Canaria) mientras se buscaba a la joven Sara Morales, y que entonces se atribuyeron a pequeñas aves. Preguntado al respecto, Rodríguez afirma desconocer los detalles de este caso grancanario, aunque recuerda que allí no aparecieron restos quemados, si bien matiza que “es normal que en estos contextos aparezcan por los alrededores huesos de animales carroñeros mezclados”.
Para concluir, hace hincapié en que el método que usan los antropólogos forenses es fiable, y que estos científicos no actúan de forma aislada ni independiente sino que se basan también en la información proporcionada por otros especialistas que hacen una investigación global para el esclarecimiento de un caso.
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Bretón se reafirma
José Bretón, el padre de Ruth y José, mantiene su versión de que perdió a sus hijos en el Parque Cruz Conde de Córdoba la tarde del 8 de octubre de 2011 y ha dicho a su abogado que “no va a cambiar ni una sola coma de sus declaraciones, ni van a salir de su boca confesiones de hechos que él no ha cometido jamás”, después de que el juez le imputa ahora la supuesta comisión de dos delitos de asesinato con alevosía y la agravante de parentesco, tras confirmarse por tres informes que los restos óseos aparecidos en la finca de Las Quemadillas son de niños. Así lo destacó a los periodistas ayer el letrado de Bretón, José María Sánchez de Puerta, tras visitar a su cliente en el Centro Penitenciario de Alcolea (Córdoba). Al respecto, el letrado del padre de los niños estudia seguir su nueva línea de defensa solicitando un informe psiquiátrico sobre Bretón, informó Efe.
En el auto, el juez argumenta que Bretón, “tras matar a sus dos hijos, lo más probablemente al llegar a la parcela”, en Las Quemadillas, y sin que se pueda establecer la forma en la que lo hizo, “trató de hacer desaparecer sus cadáveres quemándolos en lo que diseñó como un auténtico horno o pira funeraria”, en la que supuestamente colocó “los cuerpos”. Algo que, según el togado, está “demostrado empíricamente”. Mientras, Bretón permanece en el Centro Penitenciario de Alcolea, donde se le aplica el régimen antisuicidio, con el acompañamiento continuo de un preso, que vigila y se turna con otros; además de protección para evitar incidentes con otros reclusos.
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