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ETA rechaza disolverse en un documento interno y plantea convertirse en una corriente dentro de la izquierda abertzale

EUROPA PRESS | Bilbao

ETA no tiene previsto disolverse como le solicita el Gobierno y la casi totalidad de partidos democráticos. En su lugar plantea convertirse en una corriente dentro de la propia izquierda abertzale, según el documento en el que la organización criminal debate desde hace meses sobre su futuro y al que ha tenido acceso la web de información Terra.es.

La banda se encuentra inmersa en un proceso de debate interno desde el pasado mes de marzo y que tiene previsto finalizar a finales de año. La dirección de ETA ha hecho llegar a todos sus militantes un documento base en el que propone continuar existiendo como organización clandestina que participe políticamente dentro de la izquierda abertzale, aunque sin abrir la posibilidad de un regreso a la violencia.

Ni siquiera una solución satisfactoria para los terroristas a la situación de sus presos llevaría a la disolución, según el citado documento a través del cual ETA busca “acordar las vías de actuación en la nueva fase política que vive Euskal Herria”.

“Facilitar sus aportaciones al Movimiento de Liberación Nacional”, esa es la nueva función que proponen los jefes de la banda quienes pretenden “en la medida de lo posible, informar de las decisiones” que tome “a todos los grupos de decisión de la izquierda abertzale o a responsables de los mismos”, al tiempo que recogerá opiniones.

Entre las reflexiones mas relevantes que hace ETA en ese documento está el reconocimiento expreso de que ya no ejerce la “dirección política” de la izquierda abertzale y que es la antigua Batasuna quien ahora detenta esa responsabilidad, pero reclama una estructura horizontal en la que pueda “alimentar la naturaleza luchadora y revolucionaria” de ese espectro político.

ETA descarta su disolución y también una posible vuelta a la violencia y en el mismo documento se ratifica en la decisión anunciada el 20 de octubre del año pasado de renunciar definitivamente al uso de la violencia. En este sentido, propone que no se creen aparatos dedicados a la “actividad armada” en su nueva estructura, aunque apuesta porque en esta prime un modelo que le resguarde de los golpes policiales.

Con todo, la organización terrorista insiste en la negociación que ya reclamaba en su comunicado de fin de la violencia para abordar las “consecuencias del conflicto” y que según la ponencia que ahora debate son tres: presos y huidos, desarme de la organización y “desmilitarización de Euskal Herria”, en referencia al abandono de

ETA tenía previsto que a finales de mayo el documento a debatir estuviera en manos de todos sus militantes. Además de pronunciarse sobre los aspectos concretos que propone el documento base, los militantes pueden hacer otras aportaciones.

El último ‘jefe militar’ portaba el documento

Fuentes de la lucha antiterrorista informaron a Europa Press de que Oroitz Gurruchaga Gogorza, calificado como ‘jefe militar’ de ETA por el Ministerio del Interior, portaba en el momento de su arresto el pasado 27 de mayo diverso material informático con documentación relevante entre ella un ‘pen drive’ con este documento elaborado por el ‘aparato político’ en el que se la banda plantea el futuro sin que en ninguna de ellas se contemple una vuelta a los atentados.

Una de las novedades de este debate radica en que, por primera vez, todos los pronunciamientos deben ir firmados de forma individual. Es decir, ya no pueden ser suscritos por un grupo encerrado en una cárcel determinada o por el colectivo de huidos en un país, como ha ocurrido tradicionalmente.

Con las aportaciones realizadas por los militantes a la ponencia, la dirección redactará un nuevo documento que será sometido a votación, al menos según los planes trasladados en la misma por los actuales jefes de la organización terrorista. Si es aprobado, ETA informará del mismo a todos sus militantes. De lo contrario, se abrirá un nuevo periodo de consulta sobre las aportaciones realizadas por los miembros de la banda. El proceso debería concluir, a más tardar, a principios de 2013.