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No habrá paz en Siria “mientras se siga ayudando a los rebeldes”

El presidente sirio Bashar al Asad. | EFE

EFE | Beirut

El Gobierno sirio ha afirmado que el nuevo representante especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Lajdar Brahimi, solo logrará avances si otros países dejan de ayudar a los rebeldes que quieren derrocar al presidente Bashar al Assad y declaran su apoyo al plan de paz de su predecesor, Kofi Annan.

Brahimi, un veterano diplomático argelino, ha tomado el relevo de Annan, que elaboró un plan de paz de seis puntos para Siria que aún no ha empezado a aplicarse porque ni siquiera se ha cumplido el alto el fuego que se anunció el pasado 12 de abril. Desde entonces, la violencia se ha incrementado.

“Las condiciones para que Lajdar Brahimi tenga éxito en su misión es que ciertos países –Qatar, Arabia Saudí y Turquía– anuncien su compromiso con el plan de paz de seis puntos, dejen de enviar armas (a los rebeldes), cierren las fronteras a los combatientes y cierren también sus campos de entrenamiento”, ha declarado el ministro de Información sirio, Omran Zoabi, durante una rueda de prensa en Damasco.

“No le corresponde a Siria dar el próximo paso, sino que les corresponde a Arabia Saudí, Qatar, Turquía, Europa y Estados Unidos”, ha señalado.

El régimen de Al Assad aceptó verbalmente el plan de Annan el pasado abril, pero no ha cumplido la parte esencial del mismo: el fin de la violencia y la retirada de las tropas gubernamentales y del armamento pesado de las zonas urbanas.

Hace tiempo que Damasco acusa a Arabia Saudí y a Qatar de apoyar a los rebeldes. También afirma que Turquía permite que los combatientes sublevados entrenen en su territorio.

En una entrevista con la cadena británica BBC emitida este miércoles, Brahimi ha dicho que es “casi imposible” poner fin al conflicto a través de medios diplomáticos.

Crítica al presidente egicpio

Zoabi también se ha referido al presidente de Egipto, Mohamed Mursi, que la semana pasada señaló que la solidaridad con el pueblo sirio “frente a un régimen opresor que ha perdido su legitimidad” es “un deber ético” y una necesidad estratégica.

El ministro de Información sirio ha opinado que después de que el presidente egipcio Hosni Mubarak se viera obligado a dejar el poder en febrero de 2011 y fuera sustituido por otro presidente (Mursi), “la única diferencia” que se aprecia entre uno y otro es “la barba”. En este contexto, ha afirmado que el dirigente egipcio está apoyando a Israel y no a los palestinos.

“La sangre siria que se ha derramado es responsabilidad de Mohamed Mursi y de los que son como él, porque envía armas y dinero” a los rebeldes y les ofrece “apoyo político”, ha denunciado Zoabi.