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Imperio de la ley y la conciencia – Por Víctor Corcoba Herrero

Perder la conciencia social es como perder la conciencia de la vida, de nuestra propia existencia, la medida de nuestro orden innato. Nos hemos globalizado pero de nada sirve, cada cual busca su proceso independentista, sin pensar en la búsqueda de caminos que conduzcan a la unión, como la defensa de los intereses comunes y el empeño ante los comunes deberes. Pedimos gobiernos y entidades crediticias con conciencia social y olvidamos que esta misma conciencia nos acusa también. Tampoco sirven de nada los propósitos que no pasan de ser buenas intenciones. Precisamente, en la lucha contra esta inconsciencia social o conciencia antisocial, tanto da, la sociedad debería utilizar el imperio de la ley y el ejemplo de lo que genera ese instinto natural que nos lleva a juzgarnos a la luz de las leyes morales.

Por cierto, nos llena de entusiasmo que este imperio de la ley sea tema de un evento de alto nivel a celebrar por la ONU en este mes de septiembre. Cualquier tiempo es bueno para observar nuestras normas. Desde luego, hace falta fortalecer los derechos humanos, al menos para asegurarnos que la paz es posible en este mundo global. Los países, sin duda, deben adquirir un mayor compromiso de asumir prioridades para que la convivencia sea más fácil. En este caso, el respeto a las diferencias es fundamental. Debemos poner freno a las descalificaciones, a las tendencias agresivas que nos acorralan. Ahora bien, una cuestión no es justa porque la ley así lo diga; ha de ser ley -dijo Montesquieu- porque es justa. Considerando que la ley suprema es el bien de la ciudadanía, o sea, la conciencia social ciudadana, que tantas veces obviamos por intereses egoístas, también es de justicia hacernos justicia a nosotros mismos.

corcoba@telefonica.net