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Joven promesa que pisa a fondo

JOSÉ ANTONIO FELIPE | Santa Cruz de Tenerife

CAMILO BOBET KARTING
El domingo, en Toledo, el chicharrero Camilo Bobet se proclamó campeón de España. / DA

Su ídolo, como no podía ser de otra manera, es Fernando Alonso. Con el piloto asturiano comparte esa vena competitiva que tiene desde antes de cumplir los 9 años, edad con la que comenzó a competir en los diferentes circuitos. Como hace el piloto de Ferrari, “señalé a mis padres y a mi entrenador una vez acabé la carrera. Estaba muy feliz”, apunta Camilo Bobet.

La historia de Camilo es la misma que la de muchos jóvenes que, enamorados desde muy pequeños del mundo del motor, intentan hacerse un hueco en un mundo tan competitivo. “La verdad es que no me esperaba ser campeón, sino quedar segundo, pero ya en la carrera vi cómo me estaba saliendo todo bien”, afirma, y advierte que lo de ayer fue toda una sorpresa.

Detrás de Camilo está una familia que lo acompaña atravesando toda España, y un entrenador, Carlos Martín, con el que lleva ya dos años aprendiendo. “A Camilo yo lo conocía desde hace mucho tiempo de verlo competir en Canarias y yo ya me dedicaba a entrenar a muchos niños. Cogí su carrera deportiva y fui por los mejores equipos con él”, dice el propio Carlos Martín.

El proyecto era poder llevar a lo más alto al piloto “en unos dos años, pues el primero era un poco para aprender y entendernos ambos y ya el segundo para competir por ganar, que es lo que hemos logrado ahora”, afirma.

Lo cierto es que su entrenador también destacaba “la sorpresa” que supuso la victoria, toda vez que ésta se suponía harto complicada. “Era difícil porque la competición se divide en seis carreras y hay que estar muy bien en todas; ser muy regular, para conseguir lo que él ha conseguido”, afirma sin ocultar su orgullo. Tan complicado era todo que Camilo no lo tuvo nada sencillo en la clasificación. “El sábado hice mal una salida y me penalizaron con seis segundo, con lo que era más difícil, pero luego me encontré mucho mejor en carrera”, recuerda el joven piloto de la Isla.

Luego llegaron los nervios hasta que se cruzó la meta: “Cuando vas cuarto o quinto te olvidas de todo porque solo quieres adelantar, pero siendo líder te entran un poco de nervios pensando que nadie te puede pasar; por eso la alegría final”, dice de manera algo inocente.