JUAN S. SÁNCHEZ | Santa Cruz de Tenerife
El sueño paralímpico de Michelle Alonso no ha terminado. La nadadora tinerfeña, que la semana pasada consiguió la medalla de oro y el récord del mundo en la prueba de los 100 metros braza disfruta de su logro mientras apura sus últimas días en Londres, una ciudad que nunca olvidará.
Caminando por la capital inglesa mientras hace de guía de un compañero del combinado nacional, la joven tinerfeña, de 18 años de edad, reconoce que aún está “en una nube”.Y es que sus perspectivas para la cita paralímpica no eran, ni mucho menos, conseguir subir a lo más alto del podio después de batir la plusmarca paralímpica por la mañana en las series y la mundial por la tarde en la gran final. “Yo no esperaba para nada conseguir una medalla y mucho menos la de oro”, cuenta la pupila de José Luis Guadalupe en las filas del club Ademi Tenerife, que hoy regresa a Madrid después de vivir “los mejores días de mi vida”.
Aún emocionada por lo sucedido en la piscina del Centro Acuático de Londres, Michi tiene muy claro a quién le dedica su gran triunfo. “Es para mi familia, para mis compañeros de equipo, para mis compañeros de selección, para toda la gente que me ha apoyado y me ha ayudado. Sé que están muy orgullosos de mí y tengo muchas ganas de verlos”.
Hace tres años, cuando comenzó a entrenar con dureza y disciplina bajo las órdenes de Guadalupe, pocos presagiaban que el éxito iba a llegar tan temprano. “Ha sido mucho tiempo de trabajo y sacrificio, pero ha valido la pena. Me emociona mucho recordar el momento cuando gano y también cuando me entregaron la medalla. Fue súper emocionante y muy difícil de explicar”, cuenta Michelle mientras sigue caminando por Londres, disfrutando de su último paseo a la orilla del río Támesis, ahora sin prisa, lejos de la aceleración que le permitió parar el cronómetro en los 1:16.85 que le llevaron hasta lo más alto. Su superioridad sobre el resto de las competidoras fue abrumadora. En una prueba relativamente corta le sacó casi cuatro segundos a la holandesa Toeters (1:20.64). “Lo he pasado muy bien en estos Juegos”, admite la nadadora tinerfeña, que ya había ganado cinco medallas, dos de ellas de oro, en los Mundiales de 2011 y otro oro más un bronce en los Europeos de Berlín.
Michelle se presentó en Londres “con muchas ganas de hacerlo bien y de nadar muy rápido”.
Además, adornó su mano derecha pintándose las uñas con los colores de la bandera canaria, mientras que en las uñas de la mano izquierda lució los de la bandera española. Fue su forma de agradecer y homenajear todo el apoyo recibido institucionalmente.
Buena muestra de ese ánimo es que nada más ganar el oro recibió la felicitación del presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, y poco más tarde le llegó un telegrama procedente de La Moncloa donde el presidente del Gobierno estatal, Mariano Rajoy, la señaló como “un referente” de una generación de deportistas que llega llena de “talento, valentía e ilusión” y que representa los valores del “esfuerzo, inconformismo y capacidad de sacrificio”.