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Oslo acogerá diálogo entre el Gobierno colombiano y las FARC tras 50 años de conflicto

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Fotografía cedida por la Presidencia de Colombia donde aparece el mandatario Juan Manuel Santos (c), acompañado de su gabinete (d) y de la cúpula militar (i), durante el anuncio televisivo. / EFE

ESTHER REBOLLO (EFE) | Bogotá

Casi 50 años después del nacimiento de las FARC, el Gobierno de Colombia y esta guerrilla iniciarán en octubre negociaciones de paz en Oslo tras alcanzar un acuerdo por el que ambas partes se comprometen a poner fin al largo conflicto armado.

El llamado “Acuerdo general para la terminación del conflicto” es fruto de seis meses de conversaciones exploratorias en La Habana y del acompañamiento de los Gobierno de Cuba y Noruega, confirmó el presidente Juan Manuel Santos durante una esperada alocución a la nación una semana después de hacer públicos esos acercamientos.

A estos países, según Santos, se sumarán Venezuela y Chile como acompañantes del proceso.

El acuerdo es resultado de conversaciones “discretas” y “tiene su origen en unos canales que había establecido el Gobierno anterior (de Álvaro Uribe) y que nosotros retomamos”, afirmó Santos.

Lo pactado en La Habana incluye “el propósito, la agenda y las reglas del juego” para lograr un “acuerdo final” y así cerrar un largo ciclo de violencia en Colombia.

“Tengo la convicción de que estamos ante una oportunidad real de terminar de forma definitiva el conflicto armado interno; se trata de un camino difícil, pero es un camino que debemos explorar”, manifestó el presidente.

Santos hizo mención a la seriedad del proceso, del que dijo que además será “realista y eficaz”.

“Hemos trabajado con seriedad y las FARC también, todo lo que hemos acordado se ha respetado, si las FARC abordan la siguiente fase con la misma seriedad, tenemos buenas perspectivas”, agregó, al tiempo que pedía prudencia y paciencia a los colombianos.

Para Santos, la novedad de este proceso de paz respecto a los anteriores que concluyeron en fracaso es que se llevará a cabo fuera de Colombia, concretamente en Oslo “en la primera quincena de octubre y luego continuará en La Habana”.

También aseveró que habrá resultados en meses y no en años.

Hizo así alusión al anterior diálogo celebrado durante casi cuatro años (1998-2002) durante el Gobierno de Andrés Pastrana en una zona desmilitarizada del Caguán (sur), que terminó en un rotundo fracaso y con una guerrilla fortalecida militarmente.

Por eso dejó claro que sólo si hay avances proseguirán las negociaciones.

Otra diferencia es que en este caso no se cederá un sólo centímetro del territorio, en contra de lo ocurrido en el Caguán, prometió Santos, al manifestar que “el Gobierno no hará concesiones de ningún tipo en el terreno militar”.

Las operaciones de la fuerza pública “continuarán con la misma o más intensidad” para atajar cualquier acción violenta.

Santos, quien desde que llegó a la Presidencia el 7 de agosto de 2010 ha reiterado que él tiene “la llave de la paz” y que haría todo lo posible para acabar con el conflicto, explicó hoy que el acuerdo contempla una hoja de ruta compuesta por una agenda de cinco puntos.

Los asuntos a discusión son desarrollo rural y mayor acceso a la tierra; garantías a la oposición política y participación ciudadana; fin del conflicto armado, que implica dejación de las armas y reinserción a la vida civil de los guerrilleros; búsqueda de solución al problema del narcotráfico; y derechos de las víctimas.

Esta apuesta por la paz se refuerza con el apoyo del 60 % de los colombianos que, según una encuesta de Gallup difundida el domingo, está de acuerdo con las negociaciones y con la disposición manifiesta de la otra guerrilla colombiana, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), a sumarse a la búsqueda de la paz.

También los Gobiernos de Noruega y Cuba, anfitriones y garantes del proceso, celebraron el anuncio con el ánimo de seguir trabajando por la paz en Colombia.

“Exige valor alcanzar la paz. Quiero alabar a las partes por comenzar un diálogo que puede acabar con el largo conflicto armado”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores noruego, Jonas Gahr Støre.

Y el Gobierno cubano expresó su satisfacción por las conversaciones previas celebradas en La Habana al confirmar, a través de su embajador en Bogotá, Jorge Iván Mora, que seguirá prestando “su ayuda solidaria y sus buenos oficios”.

Precisamente el martes en La Habana seis integrantes de las FARC se presentaron ante los periodistas para celebrar el acuerdo y difundir un vídeo con un mensaje de su jefe máximo, Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”.

En definitiva, un proceso que ha generado grandes expectativas, pese a las críticas de los más conservadores, como el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), quien lo calificó como “una bofetada a la democracia”.

Pero el presidente Santos lo ve de otra manera: “Miremos este proceso con prudencia y también con optimismo, si somos exitosos habremos puesto fin a esa medianoche de medio siglo de violencia”, dijo hoy a sus compatriotas.