El pacto pesquero de Bruselas deja fuera a buques cefalopoderos locales

R. D. | Santa Cruz de Tenerife

De auténtica catástrofe… Con estas palabras, o muy parecidas, la entidad Anacef, con sede en Las Palmas de Gran Canaria, ha calificado las consecuencias del nuevo convenio pesquero que la Comisión Europea ha rubricado con el Gobierno de Mauritania, pacto que antes posibilitaba la pesca de cefalópodos (pulpo y calamar) por parte de la flota arrastrera congeladora con base en Canarias, en el puerto de La Luz. Ello significa acumular a la salida de las aguas de Marruecos las de este otro país africano; o sea, estar ya fuera de la principal plataforma continental para capturas de esas especies.

Según el pacto alcanzado por la Comisión y Mauritania (debe ser ratificado ahora por el Consejo y el Parlamento europeos), con 140 millones de pago a Mauritania en dos años, los buques congeladores de cefalópodos se quedan sin poder pescar (los de la UE), lo que implica que 24 embarcaciones tengan que amarrarse, y con un futuro bastante crítico por delante. El pacto, denigrado por España, obliga a pagar más tasas (300% superior), a llevar más mauritanos en los barcos y a descargar en puertos de ese país; o sea, un desastre para los intereses que defiende Canarias y España. La última palabra no está dicha.