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Pedro Molina: “Los arrastres son un estímulo para los ganaderos”

PEDRO MOLINA
Pedro Molina, en su despacho. / DA

DIARIO DE AVISOS | Santa Cruz de Tenerife

Pedro Molina (La Laguna, 1959) es un hombre con los pies en la tierra. Nunca mejor dicho. Su nombre lleva muchos años vinculado a la actividad ganadera en Tenerife y es en buena medida culpable de la presencia social de ganaderos tinerfeños. Después de una mañana de vendimia, recibe a DIARIO DE AVISOS en la sede de la Cooperativa La Candelaria, en San Benito, y con una agenda repleta para la tarde.

-¿Siempre se ha dedicado a la ganadería?

“Sí. Siempre”.

-¿Le viene de familia?

“Sí. Cuando tenía nueve años mi padre enfermó y dejé de ir a clase durante el día. Sólo iba por la noche. Igual que hicieron mis hermanos. Así que estudié de libre oyente hasta 4º de Bachiller. Me permitieron estudiar en el nocturno. Como había que tener 15 años y no los tenía. Eso me obligó a examinarme con los alumnos libres que venían de toda la Isla al Viera y Clavijo. Así que a los doce años ya trabajaba en casa con los animales, en la finca y en una ferretería. Después logré el permiso de mi padre para ir a trabajar en un bar, concretamente en la dulcería-bar Fiesta, de La Laguna, que está en el edificio del Orfeón La Paz. Ahí comencé el mismo día que cumplí los 15 y estuve allí durante tres años y medio”.

-Luego ha tenido otros oficios…

“Efectivamente. En ese primer trabajo siempre estuve en turno de tarde y por la mañana atendía la finca. Allí tuve la oportunidad de conocer a buenísimas personas y muy importantes. Sobre todo a un gran empresario, el dueño, Manuel Gavea, que fue la persona que, además de mi familia, más creyó en mí. A los 18 años dejé el bar porque había decidido dedicarme solo a la ganadería” .

-Ha estado usted también muy vinculado a su barrio y a La Laguna…

“Sí, con 19 años era el presidente de la asociación de vecinos de San Lázaro y como tal me presenté en las elecciones para ser concejal. A mismo tiempo, desde que tenía 17 años participaba en la organización de la exposición de ganado de San Benito, dentro de lo que era el Club Juvenil que presidía Juan Miguel Mena. En las elecciones municipales no salí elegido. Yo iba en el número seis y sacamos cinco concejales, pero cubrí la vacante de Rafael Núñez en el 81 y estuve dos años en el Ayuntamiento. Fueron dos años muy bonitos, en los que crecí muchísimo a nivel personal”.

-¿Cuándo comenzó en las organizaciones del sector agrario?

“Con 18 años ya participe en la gestora de la Coordinadora de Organizaciones Agrarias de Canarias (COAG), en la que estaban Wladimiro Rodríguez Brito, que era el presidente, Manolo Caballero, Rafael Jiménez, Onésimo Benítez, Abilio Hernández… En esa época me afilie a Comisiones Obreras, tenía el carné número 126 de los afiliados de Canarias. Yo tenía muchas inquietudes”.

-Llega un momento en el que usted se centra en la actividad ganadera…

“Siempre he sido ganadero, pero nunca a título exclusivo. Cuando dejé de ser concejal, yo tenía 14 vacas; además conseguí trabajo en la limpieza del Hospital Universitario de Canarias. Allí trabajé once años. Todo eso combinado con la ganadería y la agricultura”.

-Pero el trabajo agrario exige mucho tiempo y mucha dedicación…

“Yo lo hacía. Tenía un turno en el Hospital de seis de la mañana a una del mediodía, pero antes de las seis de la mañana tenía todos mis animales arreglados. En esa época llegué a tener 45. Me levantaba a las dos y media, y a las cinco y media los tenía atendidos. En el 88 nos pareció que, además de la exposición de ganado de San Benito y las pruebas de arrastre de La Laguna, teníamos que crear la Federación de Arrastre, cuyo objetivo era organizar las pruebas en los municipios que quisieran. Para eso contamos con el apoyo de políticos como Elfidio Alonso, Tomás Morales, Paulino Rivero, Juan Manuel García Ramos, Ricardo Melchior y Álvaro Arvelo, que era director de CajaCanarias. Así comenzamos a realizar los concursos insulares y también entonces se inició nuestra relación con la Asociación de Juegos y Deportes Vascos, que dura hasta hoy”.

-¿Cómo nace ese vínculo?

“Fue gracias a un encuentro de corales que hubo aquí. Una coral de Getxo vio el cartel del primer concurso insular de arrastre, le interesó mucho y se lo llevó a su tierra. También se llevaron teléfonos de contacto. Así comenzó una relación que dura ya 23 años”.

-Y el arrastre en otras Islas…

“Cuando habíamos organizado el concurso de arrastre insular, damos el salto a Gran Canaria y a La Palma. Estamos hablando de los años 91 y 92. Ya se había constituido la Asociación de Ganaderos de Tenerife, puesto que teníamos que afrontar problemas que van más allá de la vaca canaria. A través de esta asociación comenzamos a formar parte del Matadero Insular, de la sociedad anónima que lo ha gestionado; después, en 1992, constituimos la Cooperativa de Agricultores y Ganaderos de Canarias para poder importar vacas y poder comprar maquinaria de uso común. También se constituyó por esa fecha la Asociación de Ganaderos de Tenerife, Agate, ante la necesidades de contar con programas que nos proporcionaran garantías sanitarias. En el 93 nos presentamos como Asociación de Ganaderos a la presidencia de la Cooperativa La Candelaria y hasta hoy”.

-¿Cuándo nace la Federación de Arrastre?

“A raíz de la aprobación de la Ley Canaria del Deporte, nos constituimos. Nacimos con cuatro clubes en Tenerife, uno en La Palma y otro en Gran Canaria. La competición se realizaba antes con doce pruebas y una final, pero este año, como consecuencia de la situación económica, se limitó a nueve pruebas y la final”.

-¿Cómo se financian las pruebas?

“Siempre que buscamos financiación para los concursos entendemos que pedimos la misma a las administraciones públicas para poder mantener una actividad, que no es la del arrastre, si no la actividad ganadera. Si buscamos una subvención para que la vaca exista sin el arrastre la raza no se mantendría. Nosotros optamos por plantearle a la Administración una actividad, que permitiera que la subvención se ganara con el trabajo en los terreros, dándole a la sociedad la oportunidad de ver un espectáculo y, al mismo tiempo, que aprenda en vivo una parte de su historia y su tradición”.

-¿Cómo ha afectado la crisis a la financiación de las actividades?

“Antes era más cuantiosa. La ayuda siempre ha venido de las mismas fuentes: los ayuntamientos donde se desarrollan las pruebas, los cabildos, el Gobierno de Canarias y empresas privadas”.

-¿Les permite mantenerse?

“No. Nos permite sobrevivir. Ahora mismo los ganaderos acuden a las pruebas de arrastre teniendo en cuenta que posiblemente no se consigue dinero alguno. Todos los saben, puesto que se les informó en la asamblea. En el año 2010, ya entrados en la crisis, la asamblea ya lo sabía. Entonces nos comprometimos a una cantidad de dinero y finalmente pudimos asignárselo a los tres primeros clasificados de cada una de las categorías. Hoy el presupuesto de la Federación solo llega al 30% del que era hace tres años. Con esto tendremos que mantenernos hasta que podamos ir saliendo de la crisis”.

-La sequía ha hecho que se dispare el precio del forraje, ¿cómo sobreviven?

“Hemos pasado un año con muchas dificultades. A la caída de los ingresos del arrastre, se ha sumado una sequía terrible que hace que la producción de los forrajes se haya reducido al 3%. En suelos donde otros años se cosechaban 100 bultos de paja, este año solo han recogido tres”.

PEDRO MOLINA
Molina, junto a Ricardo Melchior. / DA

-Han tenido que aumentar la importación…

“El problema es que fuera también ha habido una gran sequía y hemos tenido que ir a mercados en lo que no están acostumbrados a empacar el forraje en bultos más compactos para contenedores. Tal que como se empaca allí, un contenedor traería 4.000 o 5.000 kilos, y para que las cuentas salgan el contenedor debe traer 22.000. Para eso, solo los andaluces están preparados. Este año en Andalucía no hay paja; hay que traerla del norte al sur de la Península para empacarla, lo que la encarece. Pero los animales no solo comen paja, también comen cereales y hay mucha especulación. No hay razón alguna para que la soja, uno de los cereales que más necesitan los animales y el que le aporta la proteína vegetal, costara en mayo 300 euros por tonelada y tres meses después tenga un precio de 560. Es mera especulación. Ellos no lo reconocen y lo llaman valor de reposición, pero es pura especulación”.

-¿Qué salidas tienen los ganaderos?

“El ganadero quiere mucho a sus animales y hemos vuelto a ir buscar rolos de platanera, a las sobras de los plátanos de los empaquetados, a coger hojas de caña… Y muchos estamos mirando al tiempo a ver cuándo empiezan las lluvias y podemos sembrar otra vez. Esperamos que venga un año en el que llueva y que este pase cuanto antes. No queremos ni imaginarnos que el que viene sea como éste”.

-Pese a las dificultades la ganadería es una de las actividades agrarias con más savia nueva…

“Hay un componente social que no tiene ninguna actividad agraria. El que planta muchas papas o lechugas puede ganar mucho dinero, pero socialmente no tiene mucho estímulo. Ningún joven que esté arrancando lechugas tiene 4.000 personas aplaudiéndolo. Los concursos de arrastre son un gran estímulo para que existan los ganaderos. También ayuda la presencia que tienen en las romerías y en las ferias. Ese reconocimiento social es muy importante. Se trata de un deportista, que luego puede tener también vacas frisonas para producir leche en su casa”.

-¿Si el arrastre no existiera; existiría este tipo de ganadería en Tenerife?

“Este tipo de ganadería, no”.

-¿Qué aspira para el futuro del sector?

“Si me preguntas qué deseo yo, te diré que mi gran sueño es lograr hacer un concurso mundial de arrastre. En Canarias hemos convertido lo que fue una tradición y una obligación para vivir en un deporte. Eso existen en Cuba, donde salen todos los días 100.000 yuntas a trabajar en la caña, pero también existe en Perú, en Chile y en infinidad de paises, donde hay canarios que trabajan con animales. Pues mi sueño es lograr que, por ejemplo, un 14 de septiembre, a las misma hora, las doce del día de cada país, hubiera un notario que cronometrara una yunta haciendo un trabajo, con las mismas condiciones y la misma forma de arrastrar. No lo estarían viendo ni los uruguayos y ni nosotros, pero sí se puede celebrar. Me encantaría ver eso. Por otro lado, el objetivo siempre ha sido y será que los que tenemos ilusión por el arrastre nos sintamos respetados e interrelacionados con la sociedad. Si se aceptan las vacas en el arrastre, se acepta también la producción de leche y producción de carne”.

-Una aspiración inmediata…

“Lograr una subvención para los cereales que nos permita ser más competitivos. Podría entrar en vigor el día uno de enero, si la Comisión Europea acepta la propuesta del Gobierno de Canarias. Además de que el año que viene llueva más, otra necesidad inmediata es que la crisis permita que la subvención a nuestro deporte vuelva a la normalidad y también deseo que se mantenga la actual armonía entre la Federación de Arrastre, participantes y técnicos”.

-¿Se puede competir en la producción de leche y carne con la que viene de fuera?

“El ganadero que se dedica al arrastre no tiene por qué tener siempre producción de leche, pero los hay. No tiene por qué ser así. Ojalá en el futuro, dos personas que vivan en un piso decidan tener dos vacas en unas cuadras de alquiler, tal y como hacen ahora con los caballos. En cuanto a competir, si todos tenemos las mismas condiciones, sí. Por ejemplo, si producimos carne dentro de un territorio comunitario y tenemos que cumplir unas condiciones sanitarias, no podemos permitir que se importe carne que no cumpla esas condiciones. Además, no podemos olvidar que nuestra producción es distinta, por estar más cerca del consumidor. Es fresca y de más calidad. Hay mucha gente que puede consumir productos canarios, pero que elige no hacerlo”.

-¿Cómo que elige no hacerlo?

“Si no comes pollo fresco; eliges congelado por ser más barato y al día te compras una caja de cigarros que vale dos euros, no es que no puedas; es que has decidido vivir de otra manera. Si compras todas las noches una ración de papas fritas en un sitio de comida rápida, con lo que pagas 20 euros por un kilo de papas, no puedes decir que no compras papas negras a 4,50 por caras”.

-Si tuviera que hacer un balance de los años que lleva al frente de la Federación de Arrastre y de la Asociación de Ganaderos…

“Yo creo que hemos conseguido entre todos es que la sociedad nos reconozca, después de que hemos logrado tener autoestima. Cuando yo tenía 18 años no podía decirle a una chica que tenía vacas si quería salir con ella o sacarla a bailar. Hoy tenemos una juventud ganadera sin complejos, con visibilidad y presencia social. Eso es lo más importante de lo que hemos conseguido”.

-Está cansado…

“No, no. Tengo los mismo nervios que el primer día y la misma ilusión. Yo no estoy en esto porque nadie me lo haya pedido. Para mí estar en la Federación de Arrastre y todo lo que ello implica ha sido una gran oportunidad”.