EL ESCÁNDALO DE LAS PARTICIPACIONES PREFERENTES >

Las preferentes captaron en las Islas cerca de 2.000 millones de euros

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Entre 1.800 y 2.000 millones de euros. Es la cantidad estimada por el delegado de la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc) en Canarias, Jerónimo Barrera, como montante del dinero -antes de los canjes- que fue captado en las Islas por las entidades financieras gracias a las participaciones preferentes, para un total de los casi 30.000 millones de euros vendidos por toda España a través de sucursales de cajas y bancos, en muchos casos hasta principios de 2011.

A falta de un cálculo oficial, la estimación de Barrera (que surge de los centenares de casos a los que ha tenido acceso Ausbanc en las Islas) cuenta con el respaldo de expertos como el letrado tinerfeño Carlos Gómez, especializado en estos productos tóxicos bancarios, y de dos ejecutivos de banca consultados con este periódico que, por razones obvias, prefieren ocultar sus identidades.

De esos más de 2.000 canarios que se estima adquirieron en su día preferentes, muchos se verán afectados por la quita que impone la Unión Europea como condición para el rescate de las entidades nacionalizadas, entre las que se encuentra Bankia (en la que se disolvió en su día la grancanaria Caja de Canarias).

Eso sí, siempre y cuando no prosperen las denuncias presentadas en los tribunales de Justicia comunitarios contra dicha quita.

Sobre el volumen de dicha quita -o sea, sobre el capital invertido en preferentes que perderán los afectados-, cabe recordar que el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, anunció el pasado viernes en rueda de prensa cubierta por Europa Press que dependerá de la cuantía de las ayudas públicas destinadas a cada entidad y la naturaleza del producto.

Por su parte, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) anunció esta semana sanciones para once de las diecinueve entidades que han emitido participaciones preferentes, aunque no ha facilitado los nombres de dichas entidades.

Y el ministro de Economía y Competitividad, Luis Guindos, ha vuelto a reconocer que la venta de los preferentes a los ahorradores “es un abuso”.

Preferentes: Francisco Concepción - Declaraciones

No hay que irse de esta Isla para dar con especialistas de primerísimo nivel a los que el proceloso mundo de las finanzas no tiene secretos. Además de una pujante trayectoria profesional, a Francisco J. Concepción le avala ser el único tinerfeño que, como persona física, cuenta con la convalidación que sólo puede otorgar la Comisión Nacional de Valores como EAFI (Empresa de Asesoramiento Financiero).

-Desde la perspectiva financiera ¿qué son exactamente las participaciones preferentes?

“Son deuda emitida por las entidades financieras, aunque hay alguna entidad no financiera que las ha emitido, como alguna eléctrica o telefónica. Se llaman preferentes porque implican una retribución superior a la de un activo financiero equivalente también emitido por la misma empresa. Imagínate que un banco cualquiera emite un bono a cinco años y una preferente al mismo plazo; si el bono paga el 4% la preferente lo hará un poco más. A cambio de ese exceso de rentabilidad, la empresa se reserva el derecho -que no la obligación y ahí el problema- de que cuando llegue ese quinto las amortice o no. Que se devuelve el dinero, punto y final; si no lo devuelve se convierte en deuda perpetua a cambio de alguna mejora en la rentabilidad”.

-¿Qué ha pasado con la comercialización de las preferentes?

“En la normativa se clasifica a los posibles clientes por su cultura financiera, y las preferentes no están orientadas, precisamente, a todo el mundo, sino que se exige una cierta experiencia en el mundo financiero, cierta cultura financiera”.

-Además de la cultura financiera, ¿qué otras claves explican lo acaecido con las preferentes?

“Otro aspecto clave es la liquidez: las preferentes no lo son, como sí lo son los depósitos. Cotizan, por lo que están sometidas al vaivén de los precios. La tercera clave está en la contrapartida de las preferentes. Si se tratara de un depósito sería el banco quien te paga y ya está, pero en la preferente debes encontrar un comprador, pero igual nadie te las quiere comprar”.

-Vayamos al origen. ¿Por qué surgen este tipo de productos, no ya solo las preferentes sino también similares como los swap? Es obvio que los responsables adivinarían la tremenda polémica que se iba a originar cuando los afectados descubrieran la realidad.

“La acción preferente no es más que otra forma de financiarse por parte de las entidades financieras. Ojo: las participaciones preferentes siempre han existido. Como activo financiero no ha cambiado respecto a una participación preferente adquirida hace cinco años, pero con las circunstancias actuales ha, digamos, salido a la luz toda la porquería”.

-¿Pero por qué sacrificar a clientes de toda la vida, y por qué ahora?

“Porque son mecanismos de financiación para las entidades, como lo son los depósitos de los ahorros. Pero a raíz del estallido de la crisis financiera, las entidades financieras españolas y de otros países no pudieron financiarse a través de los canales habituales -depósitos de clientes y mercado mayorista-. ¿Dónde hallaron una solución? En sus redes de sucursales. ¿Cómo? Colocando acciones preferentes entre otras cosas”.

-¿Es cierto que es tal la complejidad de este tipo de productos que la mayoría de los empleados de banca que los han comercializado ni siquiera sabían exactamente qué estaban vendiendo?

“La mayoría de los comerciales de banca reciben un inventario de objetivos por la venta de todo tipo de productos, no sólo por las preferentes. Y junto a esos objetivos reciben un argumentario para saber qué es lo que tienen que decir para lograr esas ventas. En España, por la escasa cultura financiera existentes, la gente desconoce que las entidades financieras son simplemente oficinas de venta. Un banco no es ni tu amigo ni tu asesor; te vende su gama de productos que podrá ser más o menos adecuada a tus posibilidades de inversión o a tus expectativas o necesidades. Los bancos son como las grandes superficies, con sus propias marcas blancas”.

-¿Se ha tratado a los ahorradores como inversores?

“Es la gran diferencia. Alguien que ahorra para su jubilación no quiere ni oír la palabra riesgo por mucha rentabilidad que pueda obtener. Prefiere ganar menos dinero a cambio de tener seguridad sobre sus ahorros. Nada que ver con un inversor”.


Preferentes: Carlos Gómez Sirvent - Declaraciones

Avalado por su exitosa experiencia en los juzgados -donde ha cosechado repetidas sentencias que obligan a devolver el dinero-, Carlos Gómez (Sirvent&Granados) es desde hace años una referencia para los lectores de DIARIO DE AVISOS a la hora de desentrañar las complejas claves que se ocultan en la avalancha de productos tóxicos (swap, preferentes…) con que las entidades financieras han castigado, sobre todo, a clientes de toda la vida”.

-Desde la perspectiva jurídica, ¿qué son exactamente las participaciones preferentes?

“Son un producto legal y así lo avala la propia Comisión Nacional del Mercado de Valores”.

-¿Qué ha pasado con la comercialización de estos productos?

“Es un producto complejo que no se ha comercializado como se dispone en su regulación legal por parte de la mayoría de las entidades financieras, sino como si se tratase de un producto de renta fija o plazo fijo. Para lograr venderlo, se le ha ofrecido al cliente una rentabilidad mayor a la del plazo fijo con sus mismas garantías de seguridad, lo que no es cierto. En definitiva, se ha vendido una cosa como si fuera otra, lo que ha provocado que los tribunales entiendan el contrato nulo al advertir un vicio en el conocimiento prestado por los clientes, ya que constatan que no sabían qué estaban contratando”.

-¿Qué nivel de cultura financiera advierte entre los afectados con los que ha trabajado?

“La banca lo tiene mejor que nadie para saber en qué situación financiera se halla cada uno y qué grado de experiencia tiene. Y lo que han hecho muchas entidades financieras es captar a gente que tiene el dinero a plazo fijo para que, a través de artimañas comerciales como las referidas, convertirlo en preferentes. El perfil más habitual es una persona de edad media-alta con los ahorros de toda su vida cuya única intención es asegurar, nunca especular, porque en ello le va vivir tranquilo la jubilación. Han logrado acceder a toda esa bolsa de dinero para, como quien dice de la noche a la mañana, cambiarla de lado”.

-Por eso es tan importante la liquidez…

“Exactamente. Los afectados van al banco a por los 100 euros que pusieron y resulta que se encuentran sólo 50”.

– ¿Es legal que, como se ha dado el caso, la entidad financiera marque como fecha de finalización del contrato de las preferentes el año 2099?

“Es legal porque así lo admite la regulación de la Comisión Nacional de Valores. Pero veamos la realidad. A una persona de 60 años con los ahorros de toda su vida a, por ejemplo, un 2%, ¿le interesa dejar la devolución para 2099 por mucho que el primer año le ofrezcan un 7,3%?”.

-¿Coincide con el especialista financiero en que el origen de esta problemática se halla en la urgente necesidad de financiación de las entidades ante la crisis?

“Es la clave sin la cual no se entiende lo que ha pasado. Imagínese que va al banco a pedir dinero y no se lo dan; entonces se lo pide a su padre asegurándole que está garantizado que se lo devuelva y que además le va a dar más beneficio de lo que le daban donde lo guardaba. Ya sabe cuál es el final de esta historia”.

-Por lo que le cuentan los afectados, ¿forzaron las entidades a sus empleados para encontrar esa financiación a través de sus redes de sucursales?

“Hombre, si entiende por forzar que los empleados de las entidades financieras estén sometidos a la presión propia del obligado cumplimiento de objetivos pues sí, pero también tienen que cumplir con los seguros por ejemplo… El problema radica en el tipo de productos, que son tan complejos que, desde mi punto de vista, ni siquiera la mayoría de esos empleados están preparados. Porque esa mayoría de empleados de Banca no tiene ni el conocimiento ni la preparación para entender este tipo de productos”.

-¿Se ha tratado a los ahorradores como si se tratara de inversores?

“Exactamente. Le han dado al ahorrador justo lo que no quiere: un producto propio de especuladores que compromete su dinero”.

-Como jurista, ¿no aprecia un abuso de confianza en este tipo de ventas?

“En mi opinión ése es un factor determinante, porque al ahorrador, al que guarda y se encuentra a punto de jubilarse, no se le convence sólo con esa mayor rentabilidad. Esa confianza es la que explica que muchos afectados ni siquiera leyeran lo que firmaron”.