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Santa Úrsula tendrá en cuenta a los comercios para regular las terrazas

TERRAZAS SANTA ÚRSULA
Regular la ocupación de las terrazas en la vía pública es una vieja demanda de los vecinos del municipio norteño. / MOISÉS PÉREZ

GABRIELA GULESSERIAN | Santa Úrsula

Santa Úrsula es un municipio invadido por terrazas de bares y cafeterías, sobre todo, de aquellos ubicados en la Carretera General, pese a que también hay barrios como La Corujera o El Farrobillo que no permanecen ajenos a este problema.

El actual equipo de gobierno del Partido Popular (PP) ha comenzado a dar los primeros pasos para regular el uso de las terrazas en la vía pública, puesto que se trata de una vieja demanda vecinal que se comprometió a solventar a inicios del mandato. Eso sí, los comerciantes serán protagonistas a la hora de escuchar propuestas y buscar una solución a este problema.

“No se tomará ninguna decisión sin escuchar a los propietarios de los locales, por eso lo primero que haremos será reunirnos con ellos”, declara la alcaldesa, Milagros Pérez, al ser consultada sobre este asunto. Y añade que la intención es celebrar con ellos un encuentro en breve para comenzar a trabajar.

Según Pérez, son muchos los aspectos que hay que tener en cuenta, porque cada caso es diferente dependiendo de la inclinación de la vía o del tipo de equipamiento que cada establecimiento pueda y quiera ubicar. También habrá que tener en cuenta la normativa que establece el Cabildo de Tenerife para la seguridad dado que es la administración competente.

Regulación específica

La idea, señala la regidora municipal norteña, es redactar una ordenanza específica que regule el uso de terrazas dado que la que se refiere a la ocupación de la vía pública no se puede aplicar en este caso. Y en este marco, precisa, son muchos los aspectos que hay que analizar, como por ejemplo, si se cobrará o no a los establecimientos.

Y aunque para algunos las mesas y sillas formen parte del paisaje urbano, para otros supone un problema de difícil solución al que hasta ahora nadie se ha atrevido a hacerle frente.

Esta invasión conlleva, entre otros inconvenientes, una gran inseguridad, tanto para los ciudadanos como para la seguridad vial. Son muchos los conductores que se ven obligados a frenar de manera brusca cuando se cruzan personas debido a la proximidad de estas terrazas a las vías por las que circulan los coches.

Por otro lado, los vecinos se encuentran con grandes dificultades a la hora de aparcar, puesto que muchos estacionamientos públicos están ocupados por las mesas y sillas de los locales.