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El Ayuntamiento ofrece una casa temporal a personas ‘sin techo’

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Ana Esther Flores Ventura afirma que hay demanda para ocupar la vivienda. | DA

JOSÉ L. CONDE | Granadilla

El Ayuntamiento de Granadilla es uno de los pocos de Tenerife que cuenta con una vivienda, con capacidad para albergar a 14 personas, para alojar de manera temporal a ciudadanos sin techo, o que han perdido su casa por un desahucio o que se han quedado sin trabajo y no pueden afrontar el pago del alquiler del piso.

Este alojamiento, según la concejala de Salud, Social, Integración Social e Igualdad de Granadilla, Ana Esther Flores, atiende casos puntualmente y por un periodo establecido de tres meses para que puedan solucionar su situación.

El piso, que es propiedad del Instituto Canario de la Vivienda pero que administra los Servicios Sociales municipales, consta de una superficie útil de 141 metros cuadrados, seis habitaciones y está adaptado para personas con movilidad reducida. De enero a agosto de este año ha sido ocupado por 27 personas, concretamente nueve hombres, once mujeres y siete menores, y durante la estancia han recibido atención por parte de los trabajadores sociales. Ana Esther Flores indica que el alojamiento es gratuito y que el Ayuntamiento corre con los gastos de agua, luz, comunidad, etcétera y que, si es necesario, los ocupantes reciben ayuda de emergencia social.

La concejala destaca también la importancia de la labor del trabajador social para facilitar la convivencia de estas familias, para lo cual también existe una reglamento interno que deben cumplir. De momento ni una sola de las personas atendidas ha tenido que pasar los tres meses establecido como máximo, sino que han encontrado un empleo o un techo donde vivir en un tiempo inferior.

El piso tutelado lo recibió la corporación en el anterior mandato municipal y cuando se decidió convertirlo en un recurso municipal fue necesario dotarlo de muebles y enseres.

TIEMPO ESTABLECIDO
La razón de establecer un tiempo mínino de ocupación obedece, insiste la concejala, a que los inquilinos busquen un alojamiento alternativo, a la vez que demanden de forma activa un empleo que les permita tener una remuneración y pagar el alquiler de una vivienda.

Se ha dado el caso de que personas, que se conocieron en el piso, han optado por compartir una vivienda de alquiler, lo que supone un ejemplo de convivencia, según destaca la concejala Ana Esther Flores.