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La confianza, mala compañera

MARTÍN-TRAVIESO | Santa Cruz de Tenerife

El CD Tenerife visita hoy el campo de uno de los equipos llamados a sufrir durante toda la temporada, el CD Guijuelo. La distancia en la clasificación es considerable, pero abismal si tenemos en cuenta el potencial deportivo y económico de ambos clubes. A pesar de todo eso, los blanquiazules no se pueden confiar si quieren lograr la séptima victoria de la temporada.

El primero que se molesta cuando a su equipo lo colocan como máximo favorito en todos y cada uno de los partidos que juega es Álvaro Cervera. Ya se sabe que el halago debilita, por lo que el preparador entiende que creerse superior a cualquier rival solo conduce a la derrota.

Además, hoy el cuadro tinerfeño se encontrará con un adversario añadido, el terreno de juego. Al margen de que las dimensiones del campo chacinero son más reducidas de lo común, la superficie es de hierba artificial, con lo que eso supone para un equipo como el Tenerife que está plenamente acostumbrado a jugar sobre césped natural y en campos amplios. Ya el Tenerife de la pasada campaña sufrió en este tipo de superficie y cayó derrotado ante el Montañeros y empató contra Vecindario y Badalona. Tampoco eso debe ser excusa.

El once que salte hoy al estadio guijuelense no debe diferir del compuesto por: Aragoneses; Moyano, Bruno, Tarantino, Llorente; Medina, Ros; Suso, Luismi Loro, Cristo Martín; y Aridane. O sea, será el mismo que hace justamente una semana derrotó al Atlético de Madrid B con suma solvencia en el Heliodoro.

Cuentas con las bajas Cervera de Josmar Zambrano, que jugó algunos minutos el domingo, y de Chechu Flores, que está lesionado desde el calentamiento ante el filial colchonero.
Muchas más ausencias tiene el entrenador rival, Sito Cenzual. Garban, Pedro Crespo, Jonathan, Ballesteros y el portero Montero no podrán ser de la partida. No obstante, dicho cancerbero tendrá que vestirse de corto, aunque sea para sentarse en el banquillo, pero con problemas en un hombro. Tampoco Romero, el mejor de los jugadores chacineros, podrá jugar, pero por sanción.

El Guijuelo lleva tres semanas consecutivas sin conocer la derrota. Por lo tanto, la batalla se presenta totalmente desequilibrada, pero la confianza es una mala consejera.