La elección de Manuel Fumero como secretario general del PSOE en Tenerife puede ser una buena decisión para los socialistas (al fin y al cabo, ellos lo han elegido), pero sin duda es una extraordinaria noticia para el Partido Popular y Coalición Canaria.
Fumero es un buen alcalde, querido en su municipio, un político con el que da gusto hablar, que combina sincera cordialidad y socarronería canaria, con una personalidad entrañable; buena gente, vamos. Pero quizás demasiado bueno para dirigir un partido tan importante como el PSOE, y con tantas dificultades como tiene en la Isla.
En su debe consta la falta de experiencia en la política insular y regional, ya que su trayectoria pública se centra en la alcaldía de Vilaflor con tan solo 1.800 habitantes (algo menos de los del barrio chicharrero de Chimisay Alto).
De haber vencido el candidato alternativo, Javier Abreu (que al contrario que el anterior no estaba auspiciado por la dirección regional del PSOE), la noticia no habría sido tan buena para nacionalistas y populares. Abreu es un político bregado en mil batallas, que ha sabido desenvolverse bien en la oposición y en el gobierno, ya sea siendo crítico con su partido como dirigiéndolo. Adversario temible en cualquier debate, fue una figura clave para colocar a su partido en una de las mejores posiciones de gobierno de su historia en Tenerife, curiosamente, tras uno de sus peores resultados electorales; dejando de paso al PP en la oposición en el Cabildo de Tenerife y en los ayuntamientos metropolitanos, curiosamente, tras uno de los mejores resultados del centro-derecha español. Si Javier Abreu hubiera sido elegido secretario general del PSOE en Tenerife, su capacidad de trabajo y olfato político, sumada a la defensa acérrima que hace de sus ideales y a la intuición estratégica que demuestra, el PP y CC lo hubieran tenido francamente complicado en 2015. Felizmente, ganó Fumero y así es la democracia. Porque todo el mundo sabe que los partidos políticos son organizaciones profundamente democráticas.
Ángel Llanos Castro es exportavoz del PP en el Cabildo y en el Ayuntamiento de Santa Cruz