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Javier Abreu perdió por una fuga de 11 votos concertada el sábado

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Manuel Fumero, tras ser elegido secretario general del PSOE de Tenerife. | SERGIO MÉNDEZ

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

La fuga de once delegados comprometidos con Javier Abreu durante el proceso de las asambleas locales inclinó la votación a favor de Manuel Fumero en el decimoquinto congreso insular del PSOE de Tenerife. La operación se fraguó en la mañana del sábado 29, horas antes de la proclamación del secretario general.

Después de los contactos entre el alcalde de Adeje, José Miguel Rodríguez Fraga, y el presidente de la agrupación de Arona, el constructor Agustín Marichal (exconcejal de Urbanismo), siete de los diez delegados se pasaron al bando contrario. Y cuatro de Granadilla hicieron lo propio tras la mediación del regidor de ese municipio sureño, Jaime González Cejas. Con esos once votos, Javier Abreu habría ganado por mayoría absoluta. En el cómputo global, la diferencia entre ambos fue de veinte papeletas: el 54% de Manuel Fumero sobre el 46% de Javier Abreu.

Consumado el vuelco en la intención electoral, el candidato derrotado se ofreció a pactar una ejecutiva de integración. El primer teniente de alcalde de La Laguna y miembro el comité federal del PSOE puso tres condiciones: una representación equivalente al apoyo recibido (46%), ningún veto a los nombres propuestos y que él mismo no estuviese en ella. De no llegarse a un acuerdo, ese sector presentaría una lista alternativa al comité regional (17) encabezada por Javier Abreu. A las seis de la tarde, Fumero aceptó la mano tendida. Pero pasadas las diez de la noche todavía no se conocía la respuesta de los socios del alcalde de Vilaflor. Los afines al ex secretario general regional Juan Fernando López Aguilar (de la corriente de Santiago Pérez y Nacho Viciana, ya fuera del PSOE) le daban largas. Lo de menos era la cometa. Se estaban peleando por el carrete de la cuerda. Las negociaciones en el hotel Semiramis del Puerto de la Cruz -de cinco estrellas, sin contar las del cielo- estaban siendo tensas. El teléfono de Fumero echaba humo.

La confección de la ejecutiva tenía muchos cortes de mangas. Algunos compañeros de partido se retiraban el saludo por los pasillos para evitar malentendidos o, simplemente, porque no se soportan. El precio de la hipoteca estaba escrito en los labios de Manuel Fumero. Le costaba sonreír. Solo aportaba 34 votos: Adeje (12), Guía de Isora (8), Arona (7), Granadilla (4), Vilaflor (2) y El Rosario (1 de 6). Finalmente, los juanfernandistas controlan el 38% de la dirección; con el 30% para Fraga, el 25% para Abreu y el 7% de Spínola.
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Cuatro familias y un apoyo de solo el 62%

¿Cómo se explica que una ejecutiva conformada por cuatro familias sea respaldada por apenas el 62% de los delegados y que se contabilicen 38 votos en blanco? Fundamentalmente, por el incumplimiento de la palabra. Así como el discurso de Javier Abreu fue interrumpido en innumerables ocasiones, a Manuel Fumero le aplaudieron cuando invocó el principio -refrendado en el congreso- de una persona-un cargo. “El paradigma de la contradicción lo encarna Ana Lupe Mora”, resumen fuentes del PSOE tinerfeño.

La única delegada de El Rosario (6) que desatendió la sugerencia del alcalde, Macario Benítez, fue premiada por Fumero con la secretaría de medio ambiente. De esta manera, hace doble doblete: dirigente insular y secretaria general del PSOE local; teniente de alcalde y consejera del Cabildo con responsabilidad de gobierno. Cuentan que más de diez agrupaciones se opusieron radicalmente. También causó indignación que se excluyera a Juan José Dorta (Icod) y al consejero insular José Luis Delgado, por estar imputados, y no a ella.[/apunte]