JUAN S. SÁNCHEZ | Santa Cruz de Tenerife

Tenerife es territorio maldito para el madridismo… en fútbol. En baloncesto nombrar la Isla y relacionarla con la entidad blanca es sinónimo de triunfo. Nunca ha perdido en sus 20 visitas oficiales y la derrota del pasado domingo fue la séptima derrota aurinegra, pero también fue la vez que más cerca estuvo el gigante blanco de caer.
La campaña 88/89 deparó un Canarias-Real Madrid para inaugurar la competición. Fue un partido inolvidable en el que los aurinegros remontaron 17 puntos tras el descanso (40-57) y llegaron a igualar a 86, pero el Madrid de Petrovic y Fernando Martín se puso dos arriba (91-93) a cuatro segundos del final. Dan Bingenheimer tenía dos lanzamientos desde el tiro libre para empatar, pero erró el primero y falló el segundo a propósito. El rebote cayó en manos madridistas y el partido acabó con 91-95.
Segunda parte
“Hicimos una segunda parte impresionante”, recuerda Salva Díez, el base de aquel gran equipo aurinegro que este domingo revivió aquel fatídico final. “Las sensaciones que nos quedaron fueron buenas en ese momento por haber competido contra un grande y estar muy cerca de ganar, igual que esta vez. Luego, en frío le das muchas vueltas a los errores y te da mucha rabia no haber podido ganar. Es difícil de digerir”, cuenta el exjugador riojano.
En manos de Taph
El Unelco Tenerife venció al Real Madrid en la pretemporada de la campaña 2003/2004, pero en la liga regular se repitieron los infortunios. En plena convulsión tras el despido de Paco García y con Iván Déniz en el banquillo el Madrid arrancó con un 0-14 y el Tenerife fue a remolque todo el partido hasta que a cuatro minutos del final un triple de Diego Sánchez puso el marcador en 78-79. El Madrid se atascó y los locales atacaron para ponerse arriba.
Entonces, Taph Savané recogió un rebote ofensivo… y el balón se le escurrió y se perdió por la línea de fondo. Todavía hubo otra opción. Con 81-84 y siete segundos por jugar todas las miradas apuntaban a Nacho Yáñez (17 puntos), pero Stojic fue más listo y le hizo falta antes de que tirara el triple. Anotó el primero y tiró el segundo a fallar, pero el rebote volvió a caer de lado madridista.
“Lo tuvimos para ganar y fue una pena después de tanto esfuerzo que se nos escapara”, admite Nacho Yáñez. “No siempre tienes la posibilidad de ganarle al Real Madrid pero cuando acaba el partido tratas de sacar lo positivo”, señala Yáñez.
En manos de Nico y Úriz
Yáñez volvió a vivir la pesadilla blanca el pasado domingo… desde el banquillo. El Canarias, a diferencia de empresas anteriores, no tuvo que remontar. Ganaba 82-70 a dos minutos y medio del final. A partir de ahí, un parcial de 4-18 decidió el partido con Carroll y Rudy como brazos ejecutores. La pérdida de balón entre Richotti y Úriz con empate a 86 y 30 segundos por jugar fue clave.
“Analizando el partido te das cuenta de que no se perdió sólo en el último tramo y que hubo errores anteriores. Fue un cúmulo de muchas cosas”, admite Yáñez, que entiende que hay que “quedarse con todas las cosas positivas que hicimos”.