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El Profesor X> Por Luis Aguilera

Juguemos a que este es un artículo de ficción. Daré tres razones. No tengo el nombre de la persona que hace las afirmaciones aquí incluidas. Las hago de memoria. No tengo fuentes para confirmarlas. Llamemos, pues, Profesor X al economista que nos regala estas revelaciones deliciosamente increíbles pero posibles.

El poder se divierte. Un presidente destruye un país y la empresa de su vice lo reconstruye. Pasa lo mismo con la ingeniería financiera. Los tíos tienen humor. Miren.
El Profesor X sostiene que los bancos que están siendo salvados son los mismos que prestan el dinero para que los salven.

¿Cómo funciona? Muy fácil. Ponen en el tiovivo los 800.000 millones de dólares que hay en paraísos fiscales. ¿De quién es la calderilla? De muchos y de pocos.

Reservas de países, capitales espurios, comisiones bajo mesa y los que dan el esquinazo a los impuestos: corporaciones, milmillonarios, inversores al acecho, cautos empresarios, los que ganan un pastón… Por ser dinero no fiscalizado, los gobiernos se abstienen de dar cuenta pública y contable de los rescates (a quiénes y por qué).

El Profesor X añade un detalle que se nos escapa. Siempre imaginamos estos paraísos con cocoteros y playas caribeñas. Como las Caimán.

Espabilemos. La city de Londres es uno de ellos. El Profesor X dice que en su perímetro no hay elecciones para los ciudadanos porque su gobierno lo eligen… ¡los banqueros! Y que en USA hay varios Estados con leyes que los protegen. Y otra curiosidad. Ese dinero no está en bancos de arena con cajeras en bikini sino en los que conocemos todos.

De este modo sueldos de parados, recortes y ajustes pagan el préstamo y todos juntos regresan al paraíso.