NICOLÁS DORTA | Adeje

El Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) existe desde 1966. Es una casa abierta a todo aquel que quiere preguntar cómo llegar a cualquier punto de la Isla y otras cosas que no están en los mapas ni en las señales de la calle. Muchas personas, de diversas nacionalidades, pasan cada día a sus oficinas, al lado de lo que todavía es Pueblo Canario, en Costa Adeje, en el número 17 de la avenida Rafael Puig. Allí se sigue trabajando en su labor básica: la información y el asesoramiento. Detrás se esconde toda una filosofía de apoyo incondicional al sector, sean los tiempos que sean. Las campañas anuales para que los escolares conozcan el turismo, entre otras iniciativas, forman parte del programa del CIT del Sur, oficina asociada a Infoten de Turismo de Tenerife. María Rosales Alonso es socia desde 1982 del CIT, y desde 2006 es la presidenta.

El CIT se mantiene básicamente con la aportación económica de unos 400 asociados y la subvención de las campañas que realizan. “Con esto hacemos milagros”, dice Rosales, que es una mujer de carácter, que ha superado duros baches, optimista, gallega de nacimiento, hija de militar. Vino a la Isla con 11 años, vivió también en Suiza y estudió Dirección de Empresas y Actividades Turísticas. El CIT entregará el próximo viernes los Premios Gánigo 2012 reconociendo la labor de aquellas empresas, colectivos y particulares que luchan cada día por mejorar el motor económico que mueve la Isla. En eso coincide casi todo el mundo.

-¿En qué situación está el Sur actualmente a nivel turístico?
“Sin duda la crisis económica y social ha afectado a todo el mundo, pero el turismo siempre se mantiene. Incluso diría que la situación laboral no ha evolucionado como esperábamos. Los hoteles y los negocios no han dado más puestos de trabajo, esto no se ha visto, seguimos igual o peor que hace un año, a pesar de la buena llegada de turistas y eso es lo que a mi me choca un poco. Los hoteleros y los políticos dicen que el paro en este sector ha bajado, pero un mínimo, en situaciones puntuales. Por otra parte, el sistema de servicios hay que mejorarlo mucho. Yo creo que falta más educación en el sector, mucha gente se mete de camarero porque no queda otra salida y en este sentido hace falta más cultura de la formación en hostelería, amor por lo que se hace, una verdadera escuela en el Sur donde se enseñe a cómo se hace una mayonesa hasta la recepción del hotel, desde abajo hasta arriba”.

Hace falta mayor formación y cultura turística, una buena escuela y saber idiomas”

-¿Se mantiene el llamado “turismo de calidad”?
“Turismo de calidad’ sí hay en algunos sectores, sobre todo con la llegada de rusos, que incluso viven aquí y compran grandes casas. Luego está la parte del ‘todo incluido’ en los hoteles. Esto creo que no beneficia a ese turismo de calidad y está perjudicando al sector, porque tenemos una Isla con bastantes posibilidades y no se entiende esta modalidad tan extendida, eso se deja para sitios donde haya menos opciones como República Dominicana o Cuba, donde alrededor de los hoteles tienen naturaleza y tampoco hay la seguridad que hay aquí. Pero en el Sur el turista no puede quedarse en el hotel, tiene que salir, consumir en restaurantes, en los diferentes centros comerciales, espectáculos. De lo contrario sólo gana el hotel y las empresas del sector pierden”.

-¿Considera que el Sur es un destino accesible y seguro?
“Estamos contentos porque Tenerife no es una zona conflictiva como puede ser Egipto, somos Europa y estamos tranquilos. Pero hace falta más presencia policial en las calles y plazas a pesar de todo. Esta claro que las cosas han cambiado, aquí no hay grandes delitos que afecten al visitante y las calles generalmente son seguras, pero siempre hay que mejorar”.

-Hay renovación en Costa Adeje y Las Américas en gran parte de la infraestructura turística pública: paseos, avenidas, parques y todavía queda. Esto ha sido un gran paso tras muchos años de encontrar zonas obsoletas, ¿no cree?
“Es cierto, pero no se cuida, y no hay más que darse una vuelta por ahí. Muchas veces los jardines no están cuidados como debería ser, las jardineras están rotas y los pisos están sucios porque no pasan como lo deben hacer las empresas de limpieza. Y con ello quiero decir que se hacen muchísimas infraestructuras pero no se respetan. Dentro de poco se va inaugurar el parque de Garañaña en Costa del Silencio (Arona), pues hace meses que está deteriorado. Han entrado en el recinto y como la empresa no le había entregado al Ayuntamiento la obra, todavía no tiene responsabilidad en la misma. Se ha tirado el dinero, tres millones de euros y ya está destrozado”.

-¿Los hoteles y los negocios, la cartelería están actuando con la idea de renovación que se ha pregonado tanto en las campañas turísticas?
“En algunos sitios sí lo vamos viendo. Últimamente se están abriendo nuevos negocios que apuestan por la calidad a pie de playa, que son una preciosidad, y ese es el modelo que queremos de calidad, de que la gente se lo pase bien y repita, pero volvemos a lo mismo, tenemos que trabajar en preparar la formación, y en cultura para el turismo. Insisto, hace falta una escuela de turismo que de verdad enseñe la práctica, aparte de los estudios universitarios como el que acaba de salir en Adeje en Grado de Turismo. También hace falta que la gente hable idiomas, tratar a la los turistas como se merecen porque así volverán”.

Hemos vivido de espaldas al mar y nos hemos convertido en un destino geriátrico”

-¿Hemos vivido mucho tiempo de espaldas al mar?
“Nos hemos cargado el ocio y convertido al Sur de Tenerife en un destino geriátrico. Eso no se puede hacer. Me pregunto cómo es posible que haya locales que intentan hacer cosas interesantes y que son buenas y siempre pongan pegas. Cómo puede ser que se cierren los chiringuitos, los pocos que hay, que no se concedan permisos a esos empresarios que apuestan por dinamizar la zona cercana a la playa. Es incomprensible y así nos va. Tengo que decir que eso no ocurre en otras zonas de España, como Marbella, o Ibiza y la costa andaluza. No podemos vivir de espaldas al mar. Aquí no hay vida nocturna, no sé lo que pasa. El ocio nocturno genera puestos de trabajo, que la gente se relaje, y sólo hay tres o cuatro locales, con una diferencia que uno tiene licencia y el otro no. Me gustaría saber qué pasa con esto. Que se trate a todo el mundo por igual, que se hagan respetar las normas, que haya seguridad, pero sobre todo, que la gente pueda salir y tenga sitios donde ir. Si hay que cambiar la normativa que se cambie, ya está bien. En otras zonas se hacen fiestas y a la mañana siguiente la playa está muy limpia porque se cuidan las cosas. Aquí el sol es magnífico, el clima es estable. Por qué razón no aprovechamos esto”.

-Como presidenta del CIT, ¿considera que se están haciendo bien las cosas entre la administración pública y la iniciativa privada para fomentar el turismo?
“Debería haber mayor coordinación y colaboración. No la hay suficiente. Muchas veces la administración pública se cree que está en derecho y posesión de la verdad. Hace cinco años no había crisis y estábamos en lo mismo. Se sobrevalora a sí misma y luego viene a pedir ayuda al privado. Se ha tirado mucho dinero en este sector. De qué valen que remodelen una avenida si se quitan aparcamientos públicos, se hacen la calles más estrechas o adoquines que se caen a los dos días. Igualmente quiero decir que se debe fomentar más la cultura y eso se debe hacer entre la administración pública y la privada. Aquí no hay mentalidad cultural. Las fiestas de los pueblos están muy bien y ahí si están, donde hay votos, pero los turistas no votan aquí. Los ciudadanos se deben también acostumbrar a pagar por disfrutar del ocio y la cultura, eso es un gesto de respeto a los artistas y dinamiza a todo el sector que se mueve alrededor. En este aspecto creo que todavía debemos mejorar”.