Sin complejos>

Tertulianitis> Por Fernando Fernández

Llamo así al fenómeno radiofónico consistente en 3 o 4 ciudadanos de uno u otro sexo, que a cualquier hora del día se reúnen en torno a una mesa con un micrófono delante, para opinar y discutir sobre lo divino y lo humano. Más parecen sabios del Renacimiento por su carácter multidisciplinar y no esforzados periodistas o simplemente aficionados, que tratan con esta actividad de incrementar en unos euros su salario mensual. A veces ni eso, pues se sabe que algún medio compensa su participación con un vale de El Corte Inglés, canjeable por una determinada mercancía. Dado que en España la radio tiene una influencia notable, mayor que en la mayoría de los países europeos, lo que dice un tertuliano puede sonar en los oídos de un escuchante como una verdad bíblica.

El género es un fenómeno genuinamente español, que tuvo su origen en los lejanos tiempos en que Luis del Olmo utilizó por primera vez el término “tertuliano” para identificar a los participantes que durante media hora comentaban la actualidad en su programa Protagonistas, el más veterano de la radio española. Desde entonces han pasado muchos años y la radio ha cobrado mayor influencia, por razones que algunos expertos atribuyen a su decisiva actuación durante el golpe de estado del 23-F. Las emisoras de radio han proliferado como hormigas y todas ellas en algún momento tienen su correspondiente tertulia. Hoy en España hay cinco cadenas de radio de difusión nacional, con mayor o menor audiencia, Radio Nacional, la SER, COPE, Onda Cero y Punto Radio, además de otras con menores audiencias. Todas tienen tertulias en los programas de mañana, tarde y noche.

Hasta Mariló Montero en su magazín matinal de TVE tiene su correspondiente ración de tertulia. Un sencillo cálculo permite saber que cada día hay un mínimo de 60 tertulianos largando por sus boquitas, 300 a la semana. Hablan de lo que se tercie y cada uno se esfuerza en presumir de tener la opinión mejor documentada. Ahora se habla casi exclusivamente de economía y de Europa y yo estoy en disposición de jurar por Zeus y por todos los dioses y diosas del Olimpo que, salvo honrosas excepciones, pocos conocen gran cosa, ni de una cosa ni de la otra. Ejemplos hay muchos y a diario, pero mencionaré solo uno, tal vez el mas repetido. La Cadena SER fue quien primero criticó la ausencia de una vicepresidencia económica en el gobierno, afirmando que la presencia de Montoro y Luis de Guindos en los ministerios de Haciendo y Economía, respectivamente, genera una duplicidad que suena con cacofonía en los oídos de los eurócratas y de los malvados mercados, perjudicando nuestra prima de reino.

El argumento es repetido por todo tertuliano que se precie, de izquierda, de derecha y hasta por algún mediopensionista cabreado porque Rajoy no le ha dado todavía un ministerio. Estos documentados tertulianos ignoran que la Unión Europea siempre ha tenido un comisario responsable de la fundamental cartera del presupuesto, actualmente el polaco Lewandoski; y otro que se ocupa de los asuntos económicos, cuyo cometido es llevar las estadísticas europeas y poca cosa mas, actualmente el famoso y mediático finlandés Olli Rehn. Por cierto, ¿fue, acaso, Alfonso Guerra vicepresidente económico con Felipe González? Si la memoria no me falla, lo mas parecido a ello fue su “hermano Juan”, que llevaba algunos asuntillos económicos en las sevillanas dependencias de la Delegación del Gobierno…Pura tertulianitis, una patología radiofónica que causa un cierto daño a la sociedad española.