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Testigos tienen pavor del acusado de matar al hombre que apareció osificado en la Pensión Padrón

EFE | Santa Cruz

El acusado de un delito continuado de detención ilegal, lesiones, robo con violencia y asesinato de un hombre cuyo cadáver apareció osificado en una pensión de la capital tinerfeña causa “pavor” a algunos de los testigos, dijo hoy uno de los policías que trabajó en el caso.

Este inspector de la Policía Nacional declaró ante la sección sexta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife en el juicio que hoy por el asesinato de un hombre del que no se supo nada desde principios de enero de 2010 hasta finales de agosto del mismo, año, cuando su cadáver se encontró en la habitación 302 de una pensión de la calle Islas Canarias.

El hallazgo se produjo cuando uno de los hijos de la propietaria de la pensión entró en la habitación, que llevaba años sin utilizarse, y encontró unos huesos que resultaron ser del cadáver que estaba entre los colchones.

El acusado es J.A.L.A, quien hoy se negó a responder a las preguntas del Ministerio Fiscal, mientras que a las que le hizo su abogado contestó que conocía al fallecido de una relación esporádica.

El cadáver de A.B.B., natural de Zaragoza y nacido en 1955, fue encontrado entre dos colchones, sobre los cuales había una maleta pesada y ropa, mientras que las ventanas estaban abiertas.

La pensión es un edificio de entresuelo y cuatro plantas, en el que los huéspedes están en la primera, segunda y tercera, mientras que los propietarios ocupan el resto.

Según las investigaciones, la muerte se produjo en la habitación 306 y el cadáver se trasladó a la 302, donde se encontraron cordones con sangre del fallecido, así como un bote con metadona a nombre del acusado y con restos que contienen el perfil genético de ambos.

El Ministerio Fiscal ha indicado que el acusado y el fallecido se conocieron en el albergue municipal de Santa Cruz de Tenerife a finales de 2009 y que J.A.L.A. convenció a A.B.B. para trasladarse a la citada pensión para acceder a su dinero, ya que percibía una paga de protección familiar de 339,70 euros y otra del INSS de 624,30 euros.

Desde esas fechas hasta la desaparición del ahora fallecido éste fue atendido en diversas ocasiones en centros de salud porque tenía hematomas, contusiones, que, según manifestaba, le causaba el ahora detenido, pero nunca hubo una denuncia ante la policía.

Uno de los agentes de la Policía Nacional que testificaron hoy indicó que J.A.L.A se había contradicho cuando habló con ellos antes de ser acusado y que había señalado a otras personas como las causantes de la muerte.

Los agentes explicaron que los huéspedes de esta pensión son personas con pocos recursos económicos, y otras viven en ambientes marginales, son drogadictos y delincuentes, y reconocieron que la mujer que la regentaba sufría deterioro mental y no llevaba el adecuado control de identificar a quienes se alojaban en el lugar.

También coincidieron los agentes de la Policía Nacional que declararon hoy en que los testigos tiene miedo, e incluso pavor, del acusado, que tiene antecedentes por diversos delitos, entre ellos los de violencia machista en tres ocasiones.

Del fallecido no ha aparecido ni documentación, ni ropa, ni la muleta o bastó que utilizaba, y en la habitación en la que se encontró el cadáver había sangre tanto en las paredes como en el suelo y el techo, explicaron los agentes que estuvieron en el lugar.

Los agentes dijeron asimismo que las últimas llamadas que se hicieron desde el teléfono que el fallecido compró pocos días antes de morir se hicieron a familiares del acusado, y que el muerto había cambiado durante los últimos meses la forma de sacar dinero de su cuenta, pues al principio sacaba poco a poco y al final lo extraía todo en tres o cuatro veces.