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Aburrimiento> Por Luis Padilla

Una singular (y disparatada) teoría futbolística se extiende entre supuestos aficionados a este juego: el Barça aburre. Y por extensión, España también aburre. Por tanto, no debería preocuparse en exceso Álvaro Cervera si escucha voces que acusan al Tenerife de provocar aburrimiento.

¿QUIÉN ABURRE? La primera reflexión que debería surgir ante un encuentro aparentemente aburrido del Tenerife (o del Barça, o de España) sería determinar quién colabora más al aburrimiento. Y aquí habría que concluir que el Tenerife es inocente. Porque el equipo blanquiazul casi siempre trata de tener el balón, de combinarlo con criterio, de dar continuidad al juego y de buscar el desequilibrio a través de sus elementos más dotados. Y rara vez recurre al pelotazo, a la interrupción sistemática, al fingimiento, a la pérdida de tiempo… El Tenerife también se defiende, claro, pero más con la presión y el equilibrio que con una burda acumulación de futbolistas en el área propia.

LA PACIENCIA. “Dos no se aman si uno no quiere”. Hace años Ángel Cappa resumió así las sensaciones que le dejan los choques ante rivales que sólo buscan trabar el partido y dejar que el tiempo pase. [Bueno, también dijo que “jugar con el Celta es como hacer el amor con un árbol” y que “el fútbol del Celta produce urticaria”]. Eso sí, además de denuncias, el tándem Valdano-Cappa también ofrecía soluciones: paciencia e insistencia. Los entrenadores se dirigían a sus jugadores, pero las recomendaciones pueden aplicarse a la grada. Porque, en estos casos, nada ayuda más que un Heliodoro insistente en el ánimo y paciente con el reloj. Y si es posible, indulgente con los errores.