JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife
Actividad sin control. Con amplia licencia médica, así se podría definir el estado habitual de los niños que padecen el llamado Trastorno por Déficit de Atención por Hiperactividad (TDAH), el problema de comportamiento más frecuente en la infancia. No en vano, según cifras del propio Ministerio de Sanidad, en España lo padecen entre el tres y el cinco por ciento de los menores, lo que sitúa a nuestro país a la cabeza de Europa en prevalencia de esta compleja afección.
En Canarias, la Consejería de Sanidad habla de cerca de 17.000 niños canarios con TDAH, la mayor parte de ellos varones. En términos generales, se puede definir como un “trastorno neurológico del comportamiento caracterizado por distracción moderada a severa, periodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas”. “Los niños y adolescentes que lo padecen tienen muchas dificultades para concentrarse y se distraen con facilidad, lo que hace que tengan muchas dificultades a la hora de estudiar”, explica a este periódico el psiquiatra infantil Pedro Javier Rodríguez Hernández, miembro del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (HUNSC) y uno de los mayores expertos nacionales en esta patología.
De hecho, desde el año pasado el doctor Rodríguez Hernández participa en un proyecto pionero a nivel mundial que pretende evaluar el impacto de este trastorno en la sociedad, para proponer futuras acciones para paliarlo. Se trata del llamado Proyecto Pandah, una iniciativa de la multinacional biofarmacéutica Shire. Esta seleccionó en 2011 a un equipo de doce expertos nacionales en este trastorno, y creó una serie de comisiones científicas compuestas por pediatras, psiquiatras infantiles, neuropediatras, psicólogos, educadores y padres, que se reúnen periódicamente para medir el impacto en cada área y analizar los problemas que genera el TDAH en el entorno donde se produce.
“Además, estamos elaborando un estudio epidemiológico a nivel nacional para medir la frecuencia del problema y estamos desarrollando un libro blanco de recursos por comunidades autónomas”, subraya Rodríguez, quien explica que de igual modo se irán publicando informes más breves sobre distintos aspectos del TDAH, como por ejemplo el nivel de estrés que provoca la vuelta al colegio de estos niños, que es el tema principal del último de estos documentos que acaba de ser publicado. “Se trata de un proyecto muy ambicioso, del que se están haciendo eco en muchos países, que están tomando como ejemplo a España”, denota el psiquiatra infantil palmero, cuyos trabajos en el seno del Pandah han sido destacados por prestigiosas revistas científicas.
Y es que el Trastorno por Déficit de Atención por Hiperactividad es uno de los grandes desconocidos de la rama psiquiátrica, a pesar de la elevada prevalencia que tiene. Según el doctor Rodríguez, “los padres y profesores que se enfrentan a un niño con TDAH no saben cómo afrontar ni asistir al menor, ya que nos cuesta asociar que ese momento de la infancia, que debe estar vinculado a la felicidad, pueda pasar por problemas o trastornos psiquiátricos”. De ahí la importancia del diagnóstico precoz y la implementación de instrumentos de terapia, tanto farmacológica como psicológica.
“El 60% de los niños con TDAH seguirán padeciéndolo durante la adolescencia y en la edad madura”, recalca el facultativo palmero, quien insiste en que “existe un déficit en todo lo que es la atención a la Psiquiatría Infantil en nuestro país, entre otras cosas porque en España no existe ni siquiera esta especialidad”.
Ahí radica uno de los principales objetivos del Proyecto Pandah, poder concienciar a la sociedad de la importancia de conocer e intervenir en el comportamiento de estos niños.
“La detección en el ámbito familiar resulta fundamental para el paciente, y basta con ver si el niño es capaz de centrarse en las actividades escolares, de permanecer sentado en una silla o si interrumpe las conversaciones de los mayores”, concluye el mismo doctor Pedro Javier Rodríguez Hernández.
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Tres niveles de actuación multidisciplinar
En Canarias se dan actualmente tres niveles de actuación frente al Trastorno por Déficit de Atención por Hiperactividad. En primer lugar, está la ingente labor que realizan las asociaciones de padres de niños con TDAH, que son las primeras en reivindicar recursos sanitarios para estos chicos. Gracias a ellos, hace cuatro años se aprobó en el Parlamento autonómico una Proposición No de Ley (PNL) en la que se instaba al Ejecutivo regional a facilitar dotación económica para la investigación y el tratamiento de menores con esta patología.
Mientras, a nivel de investigación, la Agencia Canaria de Innovación, junto a la Universidad de La Laguna (ULL), trabajan conjuntamente en un estudio sobre la prevalencia del trastorno y su vinculación con las dificultades de aprendizaje de los niños.
La muestra del citado estudio incluye alumnos escolarizados en centros ordinarios del Archipiélago, así como aquellos menores que cumplen medidas judiciales y menores en desamparo, a los que sus padres y madres han delegado la tutela en la Administración debido a las dificultades experimentadas por éstos en el control de su comportamiento.
De igual modo, en un tercer nivel de actuación se situaría el plan de acción conjunto que desde hace años llevan a cabo las consejerías de Educación y Sanidad, basado en la denominada ‘formación en cascada’. “Se trata de un grupo multidisciplinar de profesionales que tratan el trastorno, cómo diagnosticarlo y cómo abordarlo en el contexto escolar, que es donde el niño pasa el mayor número de horas al día”, explican desde el Gobierno canario. “Partimos de la base de que la mejor forma de rehabilitar un trastorno es su conocimiento exhaustivo”, insisten las mismas fuentes del Ejecutivo.
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