DAVID SANZ | Fuencaliente
El dramático desenlace que sufrió el núcleo de Cho Vito, en Tenerife, ha vuelto a inocular el virus del miedo entre los vecinos de Fuencaliente, que temen que sus casas en la costa puedan ser las siguientes en demoler, después de la caída de este auténtico símbolo de la resistencia ante la Ley de Costas de la Villa de Candelaria. En la localidad palmera, todavía quedan unas 24 casas condenadas por Costas en la playa del Faro y otras 16 en Punta Larga, después de que se llevara a cabo la primera y única demolición que se ha hecho hasta ahora, que se remonta al año 2007.
Pese a la preocupación, en Fuencaliente pesa todavía más el sentimiento de solidaridad con los afectados de Cho Vito. “Estamos unidos en el sentimiento” con estas personas, con quienes mantuvieron una lucha similar, según recuerda Nieves Mari, portavoz de la plataforma que se creó para defender estos núcleos.
De hecho, aseguran que han tratado de ponerse en contacto, sin fortuna, con Tomás González, uno de los destacados dirigentes del movimiento de resistencia de Cho Vito para expresarle su solidaridad. En este sentido, recuerdan que González se desplazó a Fuencaliente en su momento para compartir la experiencia de Cho Vito.
ALERTA
Nieves Mari reconoció que los vecinos de Fuencaliente “estábamos esperanzados” con la reforma que el Gobierno de España está tramitando de la Ley de Costa, pensando que podría beneficiar a estos enclaves. “Pero viendo lo que ha ocurrido en Cho Vito, nos tememos lo peor”. Una tranquilidad que se ha puesto de manifiesto con el hecho de que la plataforma ha permanecido hasta ahora prácticamente desactivada. “Ahora estaremos alerta”, advirtió.
La situación no parece fácil, si se tiene en cuenta que los vecinos han llevado la batalla legal hasta el extremo de sus posibilidades. “Ya no nos queda ningún resquicio más para recurrir. Si hubiera una mínima posibilidad legal más, habríamos acudido a ella”, reconoció la portavoz vecinal. Asimismo, recordó que también se llevó a cabo una importante contestación social contra esta decisión de eliminar las casetas de Fuencaliente, que están dispuestos a continuar si finalmente el Gobierno decide ejecutar la sentencia que obliga a demoler estas cuarenta casetas del litoral municipal.