La luz que alumbra el día simula que ha decidido irse, morruda, en busca de la noche. Estoy como si me sintiera a oscuras, con casi pleno de negro. Mi único faro es la pantalla del ordenador. Pese a que me hallo en un cubículo en que parece que las persianas están bajadas del todo, mantengo la calma, callo y permanezco en estricto silencio. Ni me levanto en busca del interruptor. Me doy cuenta de que, con ayuda, he construido el mejor instante.
El escenario y la soledad que alumbra la falta de luminosidad se muestran como medios ventajosos para viajar y presentar por el mundo mis colecciones. Tengo una amplia oferta: para todos los gustos. En el lote de dibujos, hoy se halla la desesperanza, la liquidación del futuro, la realidad que aprieta y ahoga, muerde y tritura. La que engulle. Está el qué voy a hacer, el ¿y ahora qué?; está el interés por el mañana y por el pasado mañana, y por el día siguiente al pasado mañana… También el para qué tanto esfuerzo, tanto empeño, tanto intento de apostar… ¿Para qué? Es la pregunta, maldita y envenenada. Estos dibujos ayer se los brindé a alumnos de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna, a los que solo quise vender mi plástica figurativa; o sea, mi realidad edificada a partir de los sentidos y los años de experiencia en la profesión.
Creo que supieron valorar mis dibujos y quizás, que aún no he hecho balance, alguno hasta logre vender. De vuelta a una de mis casas, escuché la radio y empecé a acumular más garabatos para mi otro lote: lo que dice la OCDE sobre cómo estaremos en 2013 y años sucesivos, el FMI, el Banco de España… Estos ya forman parte de mi otra colección, la de arte abstracto llamada Previsiones. Hasta hace poco, lograba colocar algún garabato entre mis conocidos, pero ahora esto es imposible. Por eso, los acumulo y acumulo, hasta que no quede más remedio que pegar fuego a tremenda pila de variables mentirosas. Los dibujos me los quedo, que creo que seguirán teniendo salida. Representan la realidad y el esfuerzo; valen para alcanzar la dignidad. Con esto me basta.