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Ernesto Lecuona y su ‘Vals de la Mariposa’> Por Othoniel Rodríguez

El próximo jueves, día 29 de noviembre, se cumple el 49º aniversario del fallecimiento del gran músico cubano Ernesto Lecuona en el hotel Mencey de la capital tinerfeña. Durante este año 2012 se ha celebrado en varias ciudades del mundo el centenario de su famosa danza afrocubana La Comparsa, que compuso a los 17 años, mostrando un precoz talento y a la vez abriendo un nuevo camino en la música de concierto, con la utilización de la percusión africana como recurso innovador en la pianística cubana.

Dentro de la variedad de géneros que el maestro cultivó se encuentran los valses de concierto, dotados de elegancia, lirismo y sensualidad tropical. Sobre uno de ellos existe una gran historia, a la que quiero dedicar mi comentario de hoy. La legendaria bailarina rusa Ana Pavlova incluyó a la isla de Cuba en varias de sus giras. Sus tres visitas a Cuba constituyeron un hito en el quehacer cultural de las mayor de las Antillas, y su presencia dejó una honda huella en las personalidades más representativas de la cultura nacional, como Dulce María Loynaz, Alejo Carpentier y Renée Méndez Capotes, quienes dejaron sendos testimonios del arte de la gran ballerina, y Ernesto Lecuona, quien le dedicó su vals La Mariposa.

Al cumplirse en 1995 el centenario del nacimiento del maestro Lecuona, el escritor e investigador Pedro Simón, director de la revista Cuba en el Ballet, nos desveló este interesante artículo en el libro Ernesto Lecuona, del musicólogo Jesús Gómez Cairo, director del Museo de la Música de La Habana. En su tercera visita a Cuba, a finales de 1918, hasta principios de 1919, la gran bailarina rusa Ana Pavlova bailó el Vals de la Mariposa en el Teatro Payret, de La Habana, escrito expresamente para ella por el maestro Ernesto Lecuona.

En la primera edición se reproduce en la portada la foto de la Pavlova dedicada autografiada por Lecuona. Esto invita a reflexionar sobre el encuentro del gran mito de la danza de su época y el músico más famoso de la mayor de las Antillas. Y para confirmar esta historia existe una entrevista publicada por el periódico La Calle, el 25 de septiembre de 1959, en la que el maestro declaraba: “En 1918 la mítica bailarina rusa Ana Pavlova bailó mi Vals de la Mariposa en el Teatro Payret, en un homenaje que me tributaban…”. 

Pienso en Euterpe y Terpsicore… La música y la danza unidas por una gran y mutua admiración.