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La Laguna de Europa> Por Ramiro Cuende Tascón

¿En Europa, habrá lagunas? Por aquí, tenemos la nuestra. Cuando soliloquio disfruto como un crío. Uno de los unidebates que me asaltan con frecuencia es el de la feminidad de las cosas. Pienso en la feminidad de San Cristóbal, que comparte la doble condición de laguna y ciudad en un mismo espacio, sonrío. ¿Ha pensado alguna vez en que la feminidad hechiza? A mí me encanta por su magia y su templanza. Me parece más inteligente, afable, intuitiva, atractiva, tierna, y, previendo que alguna amiga se enfade y deje de leer ipso facto, afirmo que la mujer es, pese a quien pese, más ordenada, fuerte, maternal y tribal. Su fortaleza estriba en el instinto y en la capacidad de supervivencia que acompaña su existir, y en el ansia por superar el tiempo perdido y por las ganas de reconocerse en la vida como tales ¡Ya es hora! Sin ir más lejos, hace unos días tomaron posesión de sus cargos los miembros del Consejo Consultivo de Canarias. Es una muestra de lo palurdo que somos, no hay ninguna mujer entre los elegidos. ¿Significa esto que ninguna merece ser miembro? No me cabe en la cabeza.

¿Qué es una ciudad europea? ¿La de la foto?, son tantas y disímiles. ¿Lo será alguna por antonomasia? La mía vive debajo y encima. ¿Cómo imagina usted una ciudad europea? Si miramos al sur tienen más polvo, si miramos al norte se ven distintas, el polvo desaparece como por encanto de la humedad y se torna fog. Sus piedras, esquinas, trazados, plazas, ritmo, vida, color, “su gente”, luz, agua, “sus verodes”, patios, sonidos, frescor, mayores, casonas, fuentes, campo, miradas, niñas, niños, música, frío, silencio, mantas, “el sonido del vacío”, personajes, calles, campanas, estudiantes, sus ajetreados patos, ¿y?, sus sonrisas y lagrimas, clausuras, adoquines taconeados, saludos, secretos, parrandas, encuentros, etcétera. ¿Le suena? Esta en la que huelgo, “La Laguna de Europa”, es la ciudad europea de Canarias, la de San Cristóbal. ¿Por qué no se llama San Benito de La Laguna? Preguntas de niños. Ahora llena de europeas, con ellos absortos, la hacen parecer más europea aún. Se oye hablar ruso, ¿quién lo diría? ¡Calles! El lugar común para la convivencia, el sentido de lo urbano. Lo que aparece al traspasar el umbral de la puerta en dirección a fuera, cuando olvidamos el zaguán para vivir la gente. Disfrute tranquilo con este húmedo trozo de Europa que no nació ayer. ¡Sigue lloviendo!, con pasmosa calma. Mañana no se proponga nada especial, tan solo viva. ¡Endorfínese!