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LNB y Cadena 100> Por José Carlos Alberto Pérez-Andreu

Llegué desde las once de la mañana. Los transeúntes ya se contaban por miles y La Noche en Blanco de La Laguna prometía mucho. Nosotros, la familia de COPE y Cadena 100 (que es su radio musical), solo teníamos la responsabilidad de ponerle la guinda a un fantástico pastel. Un detalle final a una celebración que lleva funcionando cuatro años, y que en las dos últimas ediciones había conseguido reunir a más de cien mil personas; que se dice pronto. Esta Noche en Blanco parida por el foro anticrisis lagunero es un cristalino escaparate para fijarse en cómo se tienen que hacer las cosas siempre; pero más que nunca en tiempo de vacas flacas. De estas vacas flacas que nos devoran el alma casi cada día. Y es al unísono. Cadena 100 se vistió de gala para celebrar su 20 aniversario y trajo a La Laguna toda una suerte de primeras espadas de la radiodifusión nacional que hicieron, junto a los músicos, las delicias de todos. Porque fue una fiesta para toda la familia. Cuando salieron a cantar Melocos, yo creí que me daba algo. Mi maltrecho tímpano soportaba muy malamente el grito histérico de tanta niña desatada chillando al mismo tiempo. Robert Ramírez ya volvía locas a las que superaban las dos décadas, mientras estrenaba (tras su gran éxito Sick of lLe) su tema nuevo You´re not Alone, que hoy es el hit con más descargas en la Red, y cuyos beneficios van destinados a la lucha contra el cáncer. Pero si hay un showman nacido para hacer enloquecer a las masas, ese es Carlos Moreno: El Pulpo. Él y su banda repasaron los éxitos de los últimos 20 años de música, y lograron que miles de almas desinstalaran de sus cabezas la prima de riesgo e instalaran el buen rollo necesario para disfrutar de más de cuatro horas de concierto en directo. La Corporación lagunera, junto con los agentes sociales y el pequeño y mediano comercio son los verdaderos artífices de que todo este gentío estuviera paseando sin mirar el reloj por el casco lagunero. Más allá de hilvanar algún mínimo detalle, a todos convendía decirles: ¡enhorabuena!

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